viernes, 14 de abril de 2017

Guía de la Semana Santa Córdoba 2017: Viernes Santo

Poco a poco la Semana Santa se nos escapa un año mas pero quedan todavía días para disfrutar como el de hoy con 5 Hermandades en la calle.

Hermandad de la Soledad


Nombre Completo: Franciscana Hermandad del Santísimo Sacramento y Cofradía de Nazarenos de la Santa Cruz en el Monte Calvario y María Santísima en su Soledad.

Reseña Histórica: En diciembre de 1979 un incendio asoló la Parroquia de Santiago afectando a la imagen de María Santísima de la Soledad que tuvo que ser restaurada en 1980 por su propio autor, el sevillano Luis Álvarez Duarte quien acometió la tarea desinteresadamente. Fusionadas por estas circunstancias las parroquias de Santiago y San Pedro, el párroco de la primera y consiliario de la hermandad, intercedió ante las religiosas del convento de Santa Cruz para que en él se ubicara su titular, en un pequeño altar que hacía las veces de capilla, en tanto que las celebraciones de culto y la salida procesional tenían lugar desde San Pedro, tal y como sucedió en las Semanas Santas de 1980 a 1985. En el año 1986 la Parroquia de San Pedro también se cerraba para realizar obras de restauración y la cofradía se ve obligada a iniciar un nuevo peregrinaje. Finalmente, la hermandad de la Esperanza pone a disposición de la cofradía el local que utilizaba en el convento de Santa Isabel, y desde el que durante cinco años realizará la estación de penitencia. De esta forma la hermandad tiene a su titular durante todo el año en Santa Cruz, está erigida canónicamente en San Pedro y prepara y realiza su salida desde Santa Isabel. Esta situación llevó a la hermandad a plantearse el cambio de sede canónica, estando a punto de cristalizar en la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, atendida por Padres Franciscanos, aunque finalmente, no llegó a cuajar esta iniciativa. En el mes de febrero de 1991 se vuelve a abrir al culto el templo de Santiago y la Soledad vuelve al mismo once años después. La hermandad experimenta una revitalización, intensificándose el compromiso social y asistencial y produciéndose un incremento en el número de hermanos. Se renuevan sus estatutos al asumir el carácter de sacramental, se dispone de nuevos locales, se sigue trabajando en el guión procesional y se determina la construcción de otro paso para su Titular. En la estación penitencial de 1992 se determina realizar adoración del lignum crucis en el interior de la Santa Iglesia Catedral, dotando así al cortejo de una estabilidad en el itinerario de la que había carecido ante las obligadas mudanzas. En el año 1993 se estrena la primera fase del nuevo paso, tallado por Guzmán Bejarano y vende el anterior a la hermandad de la Agonía. En el año 2004 la hermandad decide emprender una renovación estética con piezas diseñadas por Rafael de Rueda con la realización de unos ciriales, realizados en madera de color caoba y metal que imita el bronce viejo, por Hermanos Lama, que se completó con las dalmáticas inspiradas en piezas antiguas y confeccionadas por los propios hermanos en el taller de bordado de la hermandad. En el 2005 se incorporan estos diseños al paso de la titular, estrenando unos nuevos candelabros para el paso que sustituían a los arbóreos anteriores y que se verán completados con los estrenados en el año 2006 que serán un total de doce nuevos faroles similares en diseño y dimensiones a los estrenados en 2005, ocho de los cuales irán sobre la mesa del paso, iluminando la canastilla, y los otros cuatro se colocarán a los pies de la imagen titular.

Sede Canónica: Parroquia de Santiago Apóstol.

Pasos: 1 paso, representa a María sola al pie de la Cruz. La Virgen de la Soledad es obra de Luis Álvarez Duarte en 1975.

Hábito Nazareno: Túnica de cola y cubrerrostro marrón franciscano y cíngulo franciscano de algodón blanca. Zapatillas de esparto negras. 

Estrenos: Saya de terciopelo negro bordada en oro proveniente de una capa pluvial del siglo XIX. La obra ha sido realizada por Francisco Mira Montoro. 

Música: No lleva

Recorrido: Salida (18:35), Agustín Moreno, Don Rodrigo (19:00), Lineros, Lucano, Cruz del Rastro (19:30), Ronda de Isasa, Entrada C.O (20:00), Salida C.O (21:30), Cardenal González, Cruz del Rastro, San Fernando (22:00), Romero Barros, Plaza del Potro, Lineros, Don Rodrigo (22:30), Agustín Moreno, Entrada (22:45).

Hermandad de la Expiración


Nombre Completo: Real, Venerable e Ilustre Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Expiración, María Santísima del Silencio y Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos Coronada y San Antonio María Claret.

Reseña Histórica: En el año 1903 se terminan los trabajos de restauración de la Iglesia de San Pablo que había impulsado el claretiano P. Antonio María Pueyo. El domingo 23 de agosto de 1903 se produce la inauguración del remozado templo. Unos meses después de la apertura del templo al culto, el P. Pueyo coloca la talla del Santo Cristo de la Expiración. Pide autorización al obispo de Córdoba para el traslado de la imagen y el 22 de marzo de 1904, este se lo concede. Tres días más tarde se firma el acta de recepción de la imagen. La cofradía está en una fase de letargo en los últimos años de la década de los treinta. En la práctica no existe y sólo un grupo de señoras se encarga del culto al Santísimo Cristo de la Expiración. No obstante, la imagen se incorpora a la procesión del Viernes Santo desde 1937, manteniéndose en la década de los cuarenta, cuando nuevamente se reorganizará la cofradía. En enero de 1943 se realizan las primeras gestiones encaminadas a la reorganización de la cofradía. La iniciativa es de don Pedro Moya Cerezuela quien expone el proyecto al superior de la comunidad claretiana de San Pablo quien lo acoge de manera favorable. El nuevo hermano mayor realiza una intensa actividad, ya que meses después de la reorganización, se lleva a cabo la restauración de la imagen titular, se adquieren las insignias y se adopta un nuevo hábito penitencia. La estación de penitencia de la cofradía seguirá ligada a la procesión del Santo Entierro de los años siguientes hasta que en 1947, la cofradía pasa al Martes Santo coincidiendo su itinerario con la carrera oficial. Desde el primer momento se constata una gran presencia de jóvenes universitarios y estudiantes en general, acentuándose esta característica hasta el punto de que en 1945 se acuerda denominar a la hermandad con el nombre de los Estudiantes. El Cristo de la Expiración y la Dolorosa recibían culto en un altar de la iglesia de san Pablo y uno de los primeros logros de Pedro Moya será conseguir una capilla para los titulares, la actual de la Virgen de Fátima. Las obras terminan en 1945. El Martes Santo del año 1947 se estrena el paso de estilo barroco realizado por Julio Pajares Vilches para el que se utilizó la madera del corpulento ciprés de San Pablo. Los elevados gastos de las obras de la capilla y del nuevo paso no pueden cubrirse con las cuotas de hermanos por lo que se extienden títulos de Hermanos Protectores de Honor a cambio de una contribución económica. Esta medida permite saldar todas las deudas contraídas. Pedro Moya termina su mandato en 1955 y le sustituye en el cargo Fernando García Courtoy quien modifica el itinerario del Martes Santo ampliándolo a una serie de calles de sabor histórico y tipismo y consigue un aumento en el número de hermanos. A pesar de las iniciativas de la junta de gobierno de don Fernando García Courtoy, la cofradía entra en una fase de decadencia que hace que en el año 1961 se encuentre en un evidente estado de postración y a punto de extinguirse. Las causas de esta situación habría que buscarlas en la crisis que afecta a las cofradías penitenciales entre 1955 y 1970 y en que el colectivo de estudiantes que entró en los años cuarenta ya están mayoritariamente casados y se han trasladados a otros barrios produciéndose un desarraigo que desemboca en la baja de la hermandad. La crisis llega a tal extremo que la hermandad deja de realizar la estación de penitencia en el año 1961. Esta situación se mantiene hasta el año 1963 en que un grupo de cofrades aborda la tarea de levantarla marcando el inicio de una nueva etapa. Entre los años 1963 y 1969 se consigue la revitalización de la cofradía en unas circunstancias adversas, ya que en esos años las hermandades penitenciales cordobesas y la Semana Santa de nuestra ciudad se encuentra en un estado de crisis. La actividad del año 1963 se centra en poner en marcha la cofradía. se realizan gestiones orientadas a conseguir indulgencias en favor de los titulares y se nombra una comisión encargada de elaborar unos nuevos estatutos. que serán aprobados por la autoridad eclesiástica en abril de 1966. En el año 1964 se produce la primera salida procesional que tiene lugar el Martes Santo y que se caracteriza por una austeridad y recogimiento que llama la atención de los cordobeses, acentuándose el carácter de hermandad de silencio. En el año 1967 se cambia la advocación de la Virgen que acompaña al Santísimo Cristo de la Expiración, pasando ahora a tener el título de María Santísima del Silencio. En el año 1968 se estrenará el nuevo paso coincidiendo con la celebración de las bodas de oro de la reorganización de la cofradía. La austeridad que caracteriza a la cofradía se rompe con la introducción de un paso de palio para María Santísima del silencio que es estrenado en el año 1970 con un esquema y estructura que tiene como referencia al modelo sevillano. En el año 1972 es elegido hermano mayor don Rafael Zafra León quien incorporará el modelo sevillano a la cofradía en todos los aspectos. Esta imitación va a suponer un revulsivo en el movimiento cofrade cordobés que empieza a despertar de un prolongado letargo, llegando a un punto en que la cofradía de la Expiración aparece como modelo de las nuevas hermandades penitenciales que se fundan o reorganizan en nuestra ciudad en los años setenta. En el año 1974 se forma la sección juvenil de la cofradía con su correspondiente junta directiva que estrena, en la Semana Santa de 1975, un guión costeado por ellos mismo. Es precisamente en este año 1975 cuando se va a producir un hito importante en la historia de la cofradía como es la creación de la cuadrilla de hermanos costaleros, primera de estas características que se crea en nuestra ciudad y que portarán ,ya ese mismo año, el paso del Santísimo Cristo de la Expiración y María Santísima del Silencio. Dos años más tarde llevarán también el paso de palio de Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos. También durante el mandato de Rafael Zafra se va realizar una nueva talla de la Virgen que será encargada al imaginero Álvarez Duarte. La estación de penitencia de 1974 presenta como novedad, la presencia de Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos y la ausencia de maría Santísima del Silencio, incorporándose de nuevo al paso de Cristo al año siguiente. La de 1975, presenta como extraordinario la incorporación de la banda municipal de música detrás del paso de la virgen del Rosario. En el año 1978 el desfile procesional se traslada a la tarde del Viernes Santo. En el año 1987 se ponen en marcha los ciclos de conferencias titulados “Los Viernes de la Expiración” Durante el año 1993 la hermandad celebra el 75 aniversario de la reorganización de la cofradía con un denso programa de actos religiosos y culturales. Dentro del mismo hay que destacar la publicación de la obra del académico Juan Aranda Doncel “La cofradía de la Expiración y la Semana Santa cordobesa durante los siglos XVII al XX”. El 7 de octubre de 1992 el obispo Infantes Florido firmó el decreto por el que se aprobaba la coronación canónica de Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos, justificada por la intensa y secular devoción a la advocación mariana del Rosario en la antigua iglesia dominicana de San Pablo desde el siglo XVI. Tras la celebración de los actos religiosos que sirvieron de pórtico a la coronación, en la tarde del día 30 de octubre de 1993, se trasladó la imagen al templo catedralicio, donde al día siguiente se ofició la solmene misa en la que el obispo Infante colocó la corona de oro ante miles de personas.

Sede Canónica: Real Iglesia de San Pablo

Pasos: 2 pasos, el primero representa a Cristo expirando en la Cruz, acompañado de su bendita madre. El Cristo de la Expiración el obra anónima del siglo XVII o principios del siglo XVIII. La Virgen del Silencio también anónima del siglo XVIII. El segundo paso la Dolorosa bajo palio. La Virgen del Rosario es obra de Luis Álvarez Duarte del 1979. 

Hábito Nazareno: Túnica de cola y cubrerrostro negro y cinturón de esparto. 

Estrenos: Restauración y plateado de 2 navetas y 4 incensarios, así como la confección de dos sobrepelliz para los acólitos turiferarios. 

10 varas de plata de ley para el cortejo diseñadas y realizadas por Manuel Valera Pérez. 

Restauración de la candelería de la Virgen

Restauración de los varales del paso de palio.

Restauración de la corona original de la Virgen del Silencio

Alba de principios del siglo XX con encajes de motivos florales para el preste. 

Ropón del pertiguero así como remate de la pértiga de dicho tramo

Pieza de Capilla "Sub tutela tua Silentium obra de Clemente Mata Rivas dedicada a la Virgen del Silencio. 

Música: En el paso de Cristo el trío de capilla "Ars Sacra". En la Virgen de la Banda de Música "Amueci" de Écija (Sevilla). 

Recorrido: Salida (18:25), Compás de San Pablo, Capitulares, Rodríguez Marín, Tundidores, Fernando Colón (19:00), Maese Luis, Huerto de San Pedro El Real, Compás de San Francisco (19:30),  San Fernando, Cardenal González, Caño Quebrado (20:00), Ronda de Isasa, Entrada C.O (20:22), Salida C.O (21:52), Cardenal González, San Fernando (22:30), Diario de Córdoba (23:00), Capitulares, Compás de San Pablo, Entrada (23:25).


Hermandad del Descendimiento


Nombre Completo: Hermandad del Santísimo Cristo del Descendimiento, María Santísima del Refugio y San Juan Evangelista y Nuestra Señora del Buen Fin.

Reseña Histórica: Existe constancia de la existencia de una cofradía penitencial con el título de Descendimiento de la Cruz erigida en la iglesia conventual de San Pablo en el año 1578, aunque a finales de este siglo XVI ya había desaparecido. El paso del Descendimiento vuelve a estar presente en nuestra ciudad a partir de 1911. La hermandad encargada de procesionarlo será la del Santísimo Cristo de las Animas, cuya imagen se venera en la ermita del mismo título del Campo de la Verdad. La constitución de esta cofradía data de febrero de 1908. El misterio del Descendimiento participará en la procesión oficial del Santo Entierro durante el periodo 1911-1917. Un nuevo paréntesis se abre hasta que en el año 1937 se produce el nacimiento de la hermandad del Santísimo Cristo del Descendimiento que se produce al amparo de la revitalización del movimiento cofrade cordobés auspiciado por las autoridades locales. La iniciativa de un pequeño grupo de artesanos y empleados cristaliza rápidamente y en junio de 1937 son aprobados los estatutos de esta nueva cofradía, establecida en la ermita del Santo Cristo de las Ánimas. En el año 1939, la hermandad desplaza su Estación de Penitencia a la noche del Viernes Santo, debido a la lluvia aparecida en la noche del Jueves Santo, presentando el estreno de la nueva imagen del titular que había realizado el escultor valenciano Amadeo Ruiz Olmos. En el año 1945, la hermandad cambia su itinerario para llegar a la carrera oficial. Las dimensiones del nuevo paso obligan a efectuar cambios nuevamente en el año 1949. La inauguración de las viviendas construidas por iniciativa del obispo fray Albino cambia la fisonomía del antiguo barrio del Campo de la Verdad y repercute en un aumento de los efectivos humanos de la cofradía en la década de los cincuenta, momento en el que se llevan a cabo las obras del nuevo templo parroquial con lo que hay necesidad de remodelar la capilla y levantar el altar del Cristo. El largo recorrido de la procesión y el peso del nuevo paso obligan a sustituir los costaleros por las ruedas en el año 1957, año en el que, a instancias del obispo, la hermandad traslada su estación de penitencia al Viernes Santo formando parte del desfile del Santo Entierro. Las imágenes que completaban el primitivo misterio también eran obra de Amadeo Ruiz Olmos. A los Santos Varones los revistió con ropajes de cartón y escayola con los que procesionaron hasta que en 1957 la Agrupación de Cofradías mandó retirarlos por falta de adecuación estética. Convertido el misterio en un Calvario, con el Señor en actitud desairada, a medio desenclavar y sin ningún auxilio la hermandad tomó el acuerdo en 1959 de volverlo a recuperar, aunque el elevado presupuesto hizo que únicamente se encargaran las figuras de la Virgen y San Juan que salieron por vez primera en el año 1960. Se trataba de esculturas talladas antes que imágenes. En principio, esto era bueno para la cofradía, que no tendría que gastar un dinero inexistente en costosos ropajes. Pero no llegaron a calar en el sentimiento popular a pesar de ser magníficas piezas escultóricas. Los Santos Varones, Nicodemo y José de Arimatea fueron contratados en el año 1967 por 150000 pesetas y bendecidos por el párroco Bartolomé Menor el 31 de marzo de 1968. El misterio se completaba con la figura de Santa María Magdalena, imagen de vestir a la que en 1969 le añadió Ruiz Olmos el cuerpo de talla, representándola, como es habitual, de rodillas y con las manos implorantes mirando a Cristo. El párroco de San José y Espíritu Santo bendice las imágenes de los Santos Varones en el año 1968. En el año 1986 se aprueban unos nuevos estatutos por el obispo Infantes Florido y se construyen las dependencias utilizadas como sede. También en el año 1986 se produce la incorporación de la imagen de Nuestra Señora del Buen Fin que fue coronada por Fray Ricardo de Córdoba el 22 de marzo de 1987. En el año 1987 la hermandad celebra el cincuentenario de la fundación de la hermandad con una serie de actos entre los que destacó el pregón pronunciado por Fray Ricardo de Córdoba y la celebración de un ciclo de cofradías conjuntamente con la hermandad de la Misericordia que también celebraba en ese año su cincuentenario fundacional. En la tarde del Viernes Santo, 17 de abril del año 1987 se produce la primera salida procesional de Nuestra Señora del Buen Fin. En el año 1991, aprovechando que se le encarga una nueva Cruz al imaginero Miguel Ángel González Jurado se le encarga también la restauración de la policromía del Señor. Este será el punto de partida para la sustitución del antiguo misterio cuyas primeras figuras se estrenarían en la Semana Santa de 1993. Este nuevo misterio se presentaba con una composición totalmente distinta a la anterior. Esta sustitución del misterio, unida a la reforma del paso, permitió que en el año 1994 el misterio del descendimiento pudiese volver a salir a hombros de costaleros, si bien el misterio se acabó de completar en el año 1999. En el año 2001 la hermandad adquirió una casa hermandad que fue bendecida el 10 de marzo de 2001. Con motivo de unas obras que se inician en el mes de noviembre de 2006 la Parroquia de San José y Espíritu Santo es cerrada al culto, reabriéndose el día 24 de diciembre de ese mismo año. Durante ese tiempo, la hermandad traslada a sus Titulares a las dependencias de su casa de hermandad donde es acondicionada una capilla al efecto. En 2010, se estrenan las nuevas imágenes de los Santos Varones, José de Arimatea y Nicodemo, realizados por el imaginero cordobés Alfonso Castellano y que vienen a sustituir a los anteriores obras de González Jurado. Este cambio viene motivado por el problema que viene arrastrando años atras la Cofradía con dichas figuras, su elevadísimo peso, la desproporción desmesurada respecto a la Imágen Titular y el daño que comienza a causar sobre el soporte de la Cruz donde se sustenta el Titular y que comenzaba a causar un serio problema en el estado de conservación del Cristo del Descendimiento, hacen a la Junta de Gobierno plantearse la solución de este problema, que pasó en primer lugar por recurrir al autor de la figuras para su restructuración y arreglo, pero tras diversos problemas, se decide finalmente recurir a unas imágenes de nuevas factura, algo que aprueba el Cabildo de Hermanos por mayoría absoluta en Junio de 2009.

Sede Canónica: Parroquia de San José y Espíritu Santo.

Pasos: 2 pasos, el primero representa cuando Jesús es descendido de la Cruz por los Santos Varones en presencia de la Virgen, San Juan y María Magdalena. El Señor es obra de Amadeo Ruiz Olmos de 1938. Las figuras secundarias son de Miguel Ángel González Jurado de 1992, a excepción de los Santos Varones que son obra de Alfonso Castellano de 2010. El segundo paso la Dolorosa bajo palio. La Virgen es obra de Manuel Hernández León en el año 1979. 

Hábito Nazareno: Túnicas blancas, con cubrerrostro y fajín rojos. Los cargos llevan capa blanca con vueltas rojas. 

Estrenos: Ciriales y vara del pertiguero realizados en orfebrería por el taller de Manuel Aguilera Villanueva.

Música: En el misterio la Banda de CCTT "Caído Fuensanta" de Córdoba. En la Virgen la Banda de Música "María Santísima de la Esperanza" de Córdoba.

Recorrido: Salida (19:20), Paseo Cristo del Descendimiento, Plaza de Santa Teresa (20:00), Periodista Alberto Almansa, Bajada del Puente, Puente Romano (20:30), Entrada C.O (20:54), Salida C.O (22:24), Cardenal González, Cruz del Rastro (23:00), Ronda de Isasa, Puente Romano (23:30), Bajada del Puente (00:00), Periodista Alberto Almansa, Plaza de Santa Teresa (00:30), Paseo Cristo del Descendimiento, Entrada (01:00).


Hermandad de los Dolores


Nombre Completo: Real, Venerable e Ilustre Hermandad Servita de Nuestra Señora de los Dolores Coronada y Santísimo Cristo de la Clemencia.

Reseña Histórica: A lo largo del último cuarto del siglo XVII y primeros lustros del siguiente, se desarrolla en nuestra ciudad la devoción a Nuestra Señora de los Dolores. Así la festividad de los Dolores de Nuestra Señora comienza a celebrarse de manera solemne en la Catedral a partir del año 1680. En ese mismo año, el maestrescuela y canónigo de la Catedral don Francisco Antonio Bañuelos y Murillo cede una dolorosa de Pedro de Mena que posee en su casa para que se le haga en el altar mayor la fiesta religiosa. Dicho canónigo condiciona la donación de la imagen, de gran calidad artística, a que se levante una capilla en la Catedral donde pudiera venerarse por los fieles. Al no cumplirse este requisito, la Dolorosa se colocará en 1682 en el altar mayor de la iglesia conventual de los alcantarinos. A finales del siglo XVII Juan Salvador Amo solicita al general de los Siervos de la Virgen María la fundación de una congregación bajo el título de Nuestra Señora de los Dolores en la iglesia del hospital de pobres incurables de San Jacinto. Esta solicitud va a ser atendida mediante la pertinente licencia firmada el 15 de agosto de 1699 en el convento de San Marcelo de Roma. Esta concesión está supeditada a la autorización del obispo de Córdoba que la concederá el 26 de marzo de 1707. La congregación de Nuestra Señora de los Dolores se funda el 21 de octubre de 1707, pero un lustro más tarde presenta síntomas de crisis hasta el punto de que en 1713 se encuentra en un estado de total postración al cesar los cutos y ejercicios espirituales por falta de congregados. El nacimiento de una hermandad rosariana bajo el título de Nuestra Señora de los Dolores en el hospital de San Jacinto en febrero de 1717 constituye un factor determinante en la intensa propagación de la devoción a la mencionada advocación mariana pasionista. Dicha hermandad nombra la junta de gobierno el día 14 de febrero de 1717. Esta hermandad sacará durante seis domingos de cuaresma el rosario público por las calles y el Domingo de Ramos realiza una procesión que convoca a numerosos cordobeses. En la procesión del Domingo de Ramos de 1718 se produce la novedad de que sale por primera vez la imagen actual de Nuestra Señora de los Dolores contando con la presencia de una elevada cifrad e hermandades rosarianas y devotos.El apogeo de la hermandad rosariana de los Dolores impulsa a los miembros de la postrada congregación servita a fusionarse con ella en abril de 1719. Tres años después, en 1722, se encargan unas nuevas andas al escultor Juan Prieto. En el año 1727 se produce una situación conflictiva provocada por el capellán del hospital produciéndose la separación entre la hermandad rosariana y la congregación de Nuestra Señora de los Dolores. La ruptura se consuma y la hermandad rosariana de Nuestra Señora de los Dolores abandona el hospital de San Jacinto, aunque no consigue llevarse la imagen titular. En la iglesia del establecimiento asistencial permanece la congregación de los Dolores que lleva una vida aletargada por el reducido número de miembros, llegando prácticamente a desaparecer, hasta su definitiva reorganización en el año 1746. A principios de 1746, se reorganiza la congregación de Nuestra Señora de los Dolores. Entre los objetivos prioritarios de la reorganizada congregación está la potenciación del culto y devoción a la imagen de Nuestra Señora de los Dolores. Los esfuerzos realizados se verán compensados con un aumento en el número de efectivos humanos. Los actos de culto revisten una gran solemnidad, especialmente el septenario y la fiesta del Viernes de Dolores. Asimismo, los miembros de la congregación ponen especial interés en realizar la procesión tradicional del Domingo de Ramos con la mayor solemnidad y boato. La vitalidad de la congregación de los Dolores quedará truncada en los años finales de la centuria del setecientos, momento en el que se encuentra totalmente postrada sin apenas actividad y que se prolongará en las primeras décadas del siglo XIX. Así la procesión del Domingo de Ramos queda suspendida por falta de recursos durante varios años, hasta que con motivo de la expulsión de las tropas napoleónicas se plantea sacarla de nuevo en el cabildo general celebrado en marzo de 1813. Esta propuesta será aprobada, pero al año siguiente se vuelve a interrumpir la salida por falta de recursos económicos, si bien se mantienen con bastante esplendor el septenario y fiesta del Viernes de Dolores que presentarán una masiva asistencia de fieles y devotos como prueba del intenso arraigo y fervor que despierta la imagen de Nuestra Señora de los Dolores. Esta fuerte devoción es una de las razones por las que se designa a la imagen de la Virgen de los Dolores para representar la Soledad de Nuestra Señora en la procesión oficial del Santo Entierro a mediados del siglo XIX. Durante el reinado de Isabel II la congregación cobra un marcado impulso que se proyecta en los solemnes cultos anuales y en la salida del Viernes Santo formando parte del desfile oficial del Santo Entierro. También se encuentra el apoyo del obispo Alburquerque, quien llevado de su devoción, regalará a la imagen un manto y túnica de terciopelo negro bordados en oro en el año 1865. Tras el paréntesis del sexenio revolucionario en el que la salida de la procesión del Santo Entierro queda suspendida los años 1869, 1870, 1871 y 1873, la hermandad de los Dolores recobra su dinamismo y en 1874 sus miembros deciden realizar unas nuevas andas, trono y palio para la imagen titular. Ese mismo año, la imagen saldrá el Domingo de Ramos acompañada por los miembros de su cofradía y el Viernes Santo por la tarde en la procesión oficial. A lo largo del último cuarto del siglo XIX la imagen de Nuestra Señora de los Dolores figura en el cortejo procesional del Santo Entierro en último lugar. Con carácter excepcional sale el Domingo de Ramos de 1898 a instancia de la corporación municipal que le concede a la hermandad una subvención para sufragar los gastos originados. Nuestra señora de los Dolores saldrá de manera extraordinaria en marzo de 1878 y a principios de 1885. A finales del siglo XIX la cofradía presenta algunos síntomas de crisis que se intentan superar con la captación de nuevos hermanos entra la masa de devotos. No obstante en el año 1910 comenzará una nueva fase de apogeo que se mantendrá hasta la proclamación de la II República. La elección del conde de Hornachuelos como hermano mayor en enero de 1910 será decisiva para lograr el nombramiento de hermano mayor y camarera de honor a los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia., lo que contribuye a dar una mayor prestancia social a la cofradía, en la que también ingresará la infanta Isabel con motivo de su visita a la iglesia de San Jacinto en octubre de 1915. El considerable aumento de hermano y la salida con hábito penitencial el Viernes Santo de 1914 refrenda el dinamismo de la cofradía, cuyos miembros deciden procesionar la imagen titular el Domingo de Ramos. El paso de Nuestra Señora de los Dolores desfila en último lugar en la procesión del Santo Entierro. Además de los miembros de la cofradía, figura un representante del monarca a partir de 1925, año en el que se concede autorización a la hermandad para usar la corona real en las insignias, atributos y documentos. Al igual que las restantes cofradías penitenciales, la de los Dolores se ve obligada a interrumpir la salida procesional de Semana Santa durante la II República, excepto el año 1935 en que forma parte del Santo Entierro. En el año 1937 inicia una nueva andadura que se caracteriza por un apogeo que llega hasta nuestros días debido fundamentalmente a la intensa devoción de los cordobeses a la imagen titular. La coronación canónica de la imagen marcará el hito más importante de la hermandad en este periodo. La incorporación de un Cristo constituye el deseo generalizado en el seno de la cofradía que se verá cumplido en enero de 1939 al donar los herederos de Francisco Belmonte González-Abreu la actual imagen del Santísimo Cristo de la Clemencia que realiza su primera salida procesional el Viernes Santo de 1949. El acontecimiento más relevante de la historia de la cofradía en el siglo XX es la coronación canónica de Nuestra Señora de los Dolores que se convirtió en la primera imagen de la ciudad que recibió tan alta distinción. La iniciativa partió del obispo Fernández Conde, quien profesaba una gran devoción a la titular de la hermandad. La petición elevada a la Santa Sede va a ser concedida mediante el breve pontificio de Pablo VI fechado el 20 de octubre de 1964. Un triduo en la Catedral precedió a la ceremonia de la coronación canónica que tuvo lugar el domingo 9 de mayo de 1965 en la glorieta de los Alféreces Provisionales al comienzo de la avenida Conde de Vallellano. Al acto asistieron miles de cordobeses. La misa solemne fue presidida por el cardenal Bueno Monreal, arzobispo de Sevilla los obispos de Córdoba monseñor Fernández Conde y de Jaén Monseñor Romero Menjíbar. También estaba presente el auxiliar de la archidiócesis de Sevilla monseñor Cirarda Lachiondo. La imposición de la corona fue acompañada de la suelta de numerosas palomas. La incorporación de la juventud a la cofradía posibilitará la salida a costaleros de los pasos del Cristo en el año 1981 y de la Virgen en el año 1983. En el año 1990 se celebra el XXV aniversario de la coronación canónica con un programa de actos religiosos y culturales del que podemos destacar el pregón de pronunciado por el poeta cordobés Pablo García Baena, gran devoto de Nuestra Señora de los Dolores. En la actualidad, la hermandad de los Dolores figura a la cabeza de las cofradías penitenciales cordobesas por número de hermanos y nazarenos, siendo hasta el año 2005 la cofradía que más nazarenos presentaba en su cortejo procesional, aproximándose al millar. En el año 2008 la hermandad modifica su itinerario para poder hacer estación de penitencia en el interior de la Santa Iglesia Catedral.

Sede Canónica: Iglesia Hospital de San Jacinto

Pasos: 2 pasos, el primero presenta a Jesús en la cruz. El Señor de la Clemencia es obra de Amadeo Ruiz Olmos de 1939. El segundo paso la Virgen sin palio. La Virgen de los Dolores es obra de Juan Prieto del año 1719.

Hábito Nazareno: Túnica negra al igual que el cubrerrostro. Los cargos llevan capa negra de terciopelo. 

Estrenos: Libreas para la Cruz de Guía, el paso de Cristo y el de Virgen.

Restauración de los candelabros de cola del paso de Virgen. 

Música: En el Cristo la Agrupación Musical "Nuestro Padre Jesús de la Redención" de Córdoba. En la Virgen la Banda de Música "Nuestra Señora de la Estrella" de Córdoba. 

Recorrido: Salida (18:45), Torres Cabrera, Ramirez de las Casas Deza, plaza Cardenal Toledo, Carbonell y Morand (19:30), Alfonso XIII, Capitulares, Diario Córdoba (20:00), San Fernando, Romero Barros, Plaza del Potro (20:30), Romero Torres, Cruz del Rastro, Ronda de Isasa (21:00), Entrada C.O (21:31), Salida C.O (23:01), Cardenal González, San Fernando (23:30), Diario Córdoba (00:00), Capitulares, Alfonso XIII (00:30), Carbonell y Morand, Bailio, Plaza de Capuchinos, Entrada (01:10).

Hermandad del Sepulcro


Nombre Completo: Hermandad de la Inmaculada Concepción y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Señor Jesucristo del Santo Sepulcro y Nuestra Señora del Desconsuelo en su Soledad.

Reseña Histórica: Desde sus orígenes en el último tercio del siglo XVI hasta la exclaustración de 1835 la cofradía del Santo Sepulcro se encuentra ligada a los carmelitas de la antigua observancia. Los carmelitas calzados manifiestan un vivo interés en la fundación de hermandades y en el fomento de devociones populares, ya que suponen la incorporación de miles de personas a la actividad de la iglesia conventual y una importante fuente de recursos. Así durante la estancia del convento del Carmen en la ermita de la Vera Cruz se produce el nacimiento de la cofradía penitencial del Santo Sepulcro. Las primitivas reglas son aprobadas el 5 de marzo de 1573, aunque la cofradía ya se encontraba erigida con anterioridad. La hermandad del Santo Sepulcro cobra un fuerte impulso a lo largo del último cuarto del siglo XVI. La elección de hermano mayor se realiza mediante votación secreta el segundo día de Pascua de Resurrección y suele durar un año aunque con bastante frecuencia se prolonga a través de sucesivas reelecciones. La procesión de disciplinantes en la noche del Viernes Santo es el acto principal. Aunque la imagen titular es la de Cristo Yacente, despierta también bastante fervor Nuestra Señora de las Angustias o de la Quinta Angustia que también es procesionada por la hermandad. A raíz del traslado de los carmelitas a Puerta Nueva se hace necesario la construcción de una nueva iglesia cuyas obras se realizan a finales del siglo XVI. Con este motivo los hermanos deciden sustituir la primitiva imagen de la Virgen. La nueva Dolorosa cambia su advocación por la de Nuestra Señora de las Penas y con este título se la conocerá hasta el siglo XIX. A lo largo del primer tercio del siglo XVII las hermandades de Nuestra Señora del Carmen y San Gregorio, establecidas en el templo conventual de Puerta Nueva están unidas a la del Sepulcro. El fenómeno constituye un exponente de la pujanza de la cofradía pasionista que incrementa de manera ostensible sus efectivos humanos e incorpora elementos barrocos a la estación de penitencia que ofrece un lujo y boato que se contrapone a la sobriedad del último cuarto del siglo anterior. La única capilla existente en la iglesia del Carmen, además de la mayor es la de la cofradía del Santo Sepulcro, cuyos hermanos la remodelan totalmente en el año 1737. La hermandad del Santo Sepulcro cierra los desfiles procesionales del Viernes Santo con los pasos de la Santa Cruz, Cristo yacente y Nuestra Señora de las Penas. El paso de la comitiva por el convento de Santa Inés congrega a gran cantidad de cordobeses que acuden a escuchar el canto del Miserere por las religiosas. Tanto el paso del Sepulcro como el de Nuestra Señora de las Penas llevan en cada una de las cuatro esquinas sendas hachas de cera “rizadas, plateadas y pintadas de color negro”. El nutrido acompañamiento de autoridades y religiosos contribuye a dar prestancia y boato a la procesión. Entre las formas barrocas que incorpora la cofradía del Santo Sepulcro en esta etapa cabe mencionar la escenificación del sermón del Descendimiento que se lleva a cabo en un tablado cubierto con un paño antes de la estación de penitencia. En el año 1659 la cofradía del Santo Entierro protagoniza un incidente con la de San Diego a causa de los horarios de paso. Tras la intervención de la autoridad eclesiástica ambas hermandades firman el 20 de marzo de 1660 una concordia por la que los hermanos de San Diego siguen saliendo el Viernes Santo a condición de que no interfieran los horarios de las demás cofradías. La incorporación del colegio de escribanos públicos a mediados del siglo XVIII resulta beneficiosa para la cofradía del Santo Sepulcro ya que contribuye a solucionar la precaria situación económica. La vinculación de este influyente colectivo tiene lugar después de su expulsión de la hermandad de Jesús Nazareno en 1755. Así, a lo largo de la segunda mitad de la centuria del setecientos el sostenimiento de la hermandad corre a cargo de los escribanos que se ven obligados a reducir gastos. La estación de penitencia del Viernes Santo será el único acto religioso que celebrará la cofradía. La procesión se mantendrá a lo largo de las dos primeras décadas del siglo XIX, salvo en los años de la exclaustración de los carmelitas calzados por orden del gobierno de José I en 1810. Con el regreso de los frailes la situación se volverá a normalizar. A pesar de que el reglamento de 1820 favorece a la cofradía del Sepulcro al establecer como única procesión la del Santo Entierro, la supresión de las estaciones de penitencia de Semana Santa en nuestra ciudad provoca el aletargamiento de la hermandad. Esta crítica situación se agravará en agosto de 1835 con la exclaustración de los carmelitas calzados. Las imágenes de la Cofradía del Santo Sepulcro, a raíz de la recuperación de la procesión del Santo Entierro por el ayuntamiento a mediados del siglo XIX, son trasladadas a la parroquia del Salvador y Santo Domingo de Silos, donde los escribanos públicos dan culto a la titular de la hermandad de Nuestra Señora de la Concepción fundada en 1937. El colegio de escribanos acompaña corporativamente el paso del Sepulcro en la procesión oficial del Santo Entierro hasta 1862, año en el que surgen un conflicto con el clero por cuestiones de protocolo. A partir de 1864 el Santo Sepulcro irá acompañado de su ilustre hermandad en la procesión oficial del Viernes Santo. Sin embargo, a finales de este siglo se deja de mencionar la presencia de los miembros de la cofradía en las fuentes documentales, lo que hace pensar en que la cofradía hubiese desaparecido. A comienzos del siglo XX tiene lugar la reorganización de la hermandad del Santo Sepulcro, cuyos miembros acompañan al paso del titular en la Semana Santa de 1910. La iniciativa partió del conde de Torres Cabrera, quien a través de las páginas del Diario Córdoba hizo un llamamiento a la nobleza para restaurar esta centenaria cofradía. Esta convocatoria coincide con el tiempo con la postración y extinción de la aristocrática hermandad de Jesús Nazareno y tiene una buena acogida. Así la hermandad acompañará a su titular hasta la Semana Santa de 1919, ya que en la década de los años veinte desaparece. Durante la II República hay intentos por parte de Juan Serrano Rosas de reorganizar la cofradía. El trabajo dará sus frutos en 1935, año en el que los miembros de la hermandad participan en la procesión del Santo Entierro. A partir de 1937 la cofradía adquiere una gran vitalidad y sus miembros lucen en la procesión del Santo Entierro gola y vistosos y amplios mantos de raso negro, ostentando las insignias de la orden del Santo Sepulcro. A finales de los cuarenta aparecen síntomas de crisis, pero la cofradía resurge en los años inmediatos durante la etapa de gobierno de José Montero Tirado. Sin embargo, en la década siguiente entra en una fase de postración, al igual que un buen número de hermandades penitenciales, que culmina en enero de 1973 con su disolución. La iniciativa de un grupo de jóvenes estudiantes posibilita la reorganización de la cofradía en marzo de 1973, siendo aprobados sus estatutos en ese mismo año por monseñor Cirarda Lachiondo. A poco de la refundación, en el año 1976, la hermandad encarga al imaginero sevillano Luis Álvarez Duarte una imagen de la Soledad, que sería advocada del Desconsuelo en el acto de su bendición por don Antonio Gómez Aguilar, el día de la Inmaculada de 1977. En el año 1985 se aprueba en cabildo general extraordinario la incorporación de la advocación de la inmaculada Concepción al título de la cofradía, reanudando el tradicional culto a dicha imagen que habían tributado en los siglos anteriores el colegio de escribanos públicos. Tres años después se acuerda suspender la salida procesional en señal de protesta por la decisión del gobierno de suprimir el carácter festivo del día de la Inmaculada, patrona de España. En el año 1987, la hermandad logra la agregación a la basílica de la Santa Cruz de Jerusalén de Roma y a la Orden de los Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo; asimismo, el rey Juan Carlos I acepta el nombramiento de hermano mayor honorario. En el año 1995, Nuestra Señora del Desconsuelo en su Soledad realiza su primera salida procesional, presentándose en un paso hasta entonces inédito en nuestra ciudad, con dos figuras más, San Juan y María Magdalena, talladas por Miguel Ángel González Jurado y que completaban una escena de duelo que pese a su rigurosa innovación dio al conjunto tintes decimonónicos, y lo colocó bajo un palio de estudiado diseño en el que destacaba la novedad de sustituir los clásicos bordados por aplicaciones de alpaca cincelada. El paso se acompañaba por una reducida coral polifónica que no interpretaba motetes gregorianos, sino piezas musicales de los siglos XVI y XVII. La estética actual del Santo Sepulcro, con sus numerosos ciriales ante los pasos y otros ingredientes que la personalizan, dio en 1995 un paso muy importante para su consolidación. Dentro de los actos organizados por la Diócesis de Córdoba, con motivo del CL Aniversario de la Proclamación del Dogma de la Inmaculada Concepción, el día 4 de diciembre del año 2004 , a las 4 de la tarde, procesionó hasta la Catedral la imagen de la Inmaculada Concepción de la cofradía del Santo Sepulcro para presidir el solemne triduo, la gran vigilia y la Misa de Pontifical del día de la Purísima. El día 8 de diciembre, a las 4 de la tarde, tuvo lugar la procesión de regreso desde la Catedral a la iglesia del Salvador y Santo Domingo de Silos (Compañía). La procesión, de carácter diocesano, siguió básicamente el orden de la procesión del Corpus con la participación de las cofradías cordobesas y tuvo una duración aproximada de dos horas y media. En el año 2007, la hermandad acomete el proyecto de un nuevo paso para Nuestro Señor Jesucristo del Santo Sepulcro. Este nuevo paso, de estilo neomanierista dorado y policromado en color negro con aplicaciones de plata de ley e iluminado con cuatro grandes faroles octogonales en las esquinas, fue realizado sobre una idea y proyecto de Jorge Mellado Lucena y se estrenó en la tarde del Viernes Santo de ese mismo año causando una gran impresión entre los cofrades cordobeses.

Sede Canónica: Parroquia del Salvador y Santo Domingo de Silos.

Pasos: 2 pasos, el primero representa el momento de Cristo Yacente en el santo sepulcro. La imágen del Señor es obra anónima de finales del siglo XVI o principios del siglo XVII. El segundo paso es la Dolorosa acompañada de San Juan y María Magdalena. La Virgen del Desconsuelo es obra de Luis Álvarez Duarte del año 1977, mientras que San Juan y María Magdalena son obra de Miguel Ángel González Jurado del año 1995. 

Hábito Nazareno: Túnica de cola negra, con cubrerrostro del mismo color y cinturón de abacá. 

Estrenos: Restauración del mantolín de los pájaros de María Magdalena llevada a cabo por Alicia Fortea. 

Música: En el Cristo el Trío de Capilla "Fernando de las Infantas". En la Virgen el Coro "Cantabile". 

Recorrido: Salida (20:35), Plaza de la Compañía, Conde de Cárdenas, María Cristina, Claudio Marcelo, Capitulares, Diario de Córdoba, San Fernando (21:00), Romero Barros, Plaza del Potro (21:30), Enrique Romero Torres, Ronda de Isasa (22:00), Entrada C.O (22:20), Salida C.O (23:52), Corregidor Luis de la Cerda, Torrijos, Judería, Deanes, Conde y Luque (00:30), Plaza de la Agrupación de Cofradías, Blanco Belmonte, Ángel de Saavedra, Juan Valera, Santa Victoria, Plaza de la Compañía (01:00), Entrada (01:10).

jueves, 13 de abril de 2017

Guía de la Semana Santa Córdoba 2017: Jueves Santo y Madrugá

Llegamos al primero de los días grandes, 6 Hermandades saldrán a Córdoba para seguir dando testimonio de Fe en esta histórica Semana Santa. 

Hermandad del Nazareno


Nombre Completo: Real e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, María Santísima Nazarena y San Bartolomé.

Reseña Histórica: La tradición inmemorial de Córdoba remonta a tiempos de Fernando III la fundación del gremio de pañeros y su hospitalito en la que fue calle Carchenilla, hoy de Jesús Nazareno. Lo históricamente innegable es la existencia en dicho lugar de la vieja collación de San Lorenzo del hospital de San Bartolomé, establecimiento asistencial con seis camas para pobres enfermos que ya se documenta en 1490. El pequeño hospital y su ermita anexa son propiedad de una antigua hermandad que en 1579 se convierte en cofradía de penitencia, sin perder por ello su primitivo carisma asistencial, garantizado en los nuevos estatutos al preceptuar el mantenimiento del viejo hospitalito. Frutos, entre otros, de ese carisma, la creación en 1629 de un refugio de pobres, por el que los hermanos se comprometían a conducir personalmente a los menesterosos callejeros a los establecimientos asistenciales adecuados, o el socorro a los necesitados en la dramática carestía de 1737 y 1738. Sin duda, el hito más trascendental de la vertiente asistencial de la Casa de Jesús Nazareno fue el ingreso en la cofradía, el 11 de febrero de 1673, del beato padre Cristóbal de Santa Catalina, fundador de la congregación hospitalaria que mantiene y extiende más allá de nuestras fronteras su espíritu de servicio a la pública utilidad. Con las hijas del padre Cristóbal sigue colaborando la cofradía, fiel a sus orígenes asistenciales.En el histórico 21 de marzo de 1579, el obispo fray Martín de Córdoba y Mendoza aprobaba la Regla de los cofrades de Jesús Nazareno y del glorioso apóstol san Bartolomé, documento fundacional de la primera cofradía que instauraba en tierras cordobesas las nuevas formas penitenciales de las primeras horas del Viernes Santo, descritas en el capítulo VII de las citadas reglas.  Tanta riqueza cultual precisaba el apoyo en una larga serie de realizaciones plásticas, buena parte de las cuales pueden ser calificadas como auténticas obras de arte. La más antigua, y sin duda la más valiosa, sobre todo desde la perspectiva devocional, es la sagrada imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que estudiamos en su correspondiente apartado. El siglo XVII fue rico en realizaciones artísticas. Magnífica la colección pictórica, con obras como los dos frescos de la Invención de la Cruz por Santa Elena y del Buen Ladrón, obras atribuidas a Antonio del Castillo, autor del magistral lienzo de la Coronación de la Virgen, donado, firmado y fechado en 1651. En lo tocante a la imaginería, entre 1626 y 1628 se documenta el pago a los escultores que tallaron la nueva efigie de san Juan y las ya citadas de la Magdalena y la Verónica. Necesitadas las santas de una urgente restauración, destaca sin duda el hermoso san Juan adolescente. Ya en la década de los ochenta, es donada la primorosa imagen de la Virgen del Pilar, tan cercana a la estética de Pedro de Mena, y que pronto alcanzará gran protagonismo devocional con la institución de su novena anual. Poco después, en 1697 venía desde Granada la efigie de la Soledad que desde el siguiente año cerraría el cortejo procesional del Viernes Santo. Su impactante patetismo la relaciona con obras documentadas del gran José de Mora, como el bellísimo Cristo albayzinero de la Misericordia o el pequeño san Bruno de la Cartuja granadina. Don Gome, señor de Villaseca, fue el donante de la Dolorosa y de todo su ajuar procesional, incluidas las andas con palio de seis varales de madera dorada sostenidos por ángeles. La antigua Virgen de los Dolores o de la Soledad fue donada al hospital, y de su desaparecida enfermería alta pasó, hacia 1977, a la parroquia de Guadalcázar, de donde sale procesionalmente la tarde de cada Viernes Santo. El siglo XVII concluía con la espléndida donación de las nuevas andas de plata de Nuestro Padre Jesús, obra de Alonso Pérez de Tapia, parte de cuyas piezas se conservan en nuevas realizaciones como la actual cruz de guía o la peana de altar de la Nazarena. Más donaciones de objetos de plata jalonan el siglo XVIII. Destacan la gran lámpara y los seis blandones de altar y, más adelante, los dos atriles y, sobre todo, las magníficas andas de la Virgen de la Soledad, datadas en 1780 y en nuestros días trono permanente del Señor de los señores. Son obra de Cristóbal Sánchez Soto, también autor, quince años después, del esplendoroso conjunto de sagrario y manifestador para el monumento del Jueves Santo, hoy usados como sagrarios independientes. De los primeros años del setecientos son los dos retablos de madera dorada y traza atribuida a Teodosio Sánchez de Rueda, uno para la nueva imagen de san Bartolomé y el otro ocupado posteriormente por la Virgen del Pilar. De fines de siglo, y obra del tallista Antonio del Hoyo, el retablo mayor, ampliado y reformado por Andrés Valverde en los años sesenta del pasado siglo, por encargo de la superiora general, madre Teresa del Niño Jesús. Obras dieciochescas son también las espléndidas vestiduras procesionales del Señor y de la Virgen, y los exquisitos manto y túnica de la imagen de san Juan. Fue la Córdoba decimonónica escenario del progresivo desgaste de las cofradías penitenciales, que desembocó en la callada por respuesta al desafortunado reglamento del obispo Trevilla, que en 1820 reducía a la procesión oficial del Santo Entierro todas las manifestaciones procesionales de la Semana Santa. Será el poder civil, encarnado en las autoridades municipales, quien impulse, a partir de 1849, la recuperación de la Semana Santa cordobesa, en principio ajustándose a lo prescrito en el citado reglamento episcopal, pronto contravenido en distintos aspectos, especialmente en lo referido a los pasos integrantes de la procesión. Así, en 1850 la cofradía del Nazareno, que desde el primer momento se prestó a concurrir a la procesión oficial con la sagrada imagen de Jesús, procesiona también a la Virgen de la Soledad en el camino de ida y vuelta a la Compañía, curiosamente seguida por el tradicional palio de respeto, expresamente prohibido por el reglamento episcopal.  Dos veces renacía la vida cofrade en la Casa de Jesús en el siglo XX, ambas coincidiendo con etapas de revitalización cofradiera en la ciudad. La segunda, que daba sus primeros pasos en 1971, llega, afortunadamente, a nuestros días. La primera logró devolver al Nazareno a la pública veneración de su ciudad a raíz de la fundación en 1938 de la Ilustre, Fervorosa y Piadosa Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Nuestra Señora de la Amargura y San Juan Evangelista, llamada Cofradía del Silencio, fijándose como objetivo primordial el acompañamiento en la noche de cada Jueves Santo de sus imágenes titulares, revestidos los hermanos con negra túnica de cola ceñida con cinturón de esparto, según los cánones de las cofradías sevillanas de silencio, ajenos a los tradicionales de la antigua cofradía cordobesa. Lograron procesionar al Señor el Jueves Santo de 1938, tras la hermandad de Jesús Caído, saliendo desde San Lorenzo, y el Viernes Santo del siguiente año, desde el propio hospital. Tras tres décadas largas de inactividad, era recuperada la vida cofrade, oficialmente reconocida cercana ya la Semana Santa de 1972, cuando son aprobados los estatutos de la Real e Ilustre Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima Nazarena. Conectan con el glorioso pasado los títulos y, sobre todo, la veneración a la divina imagen del Nazareno. Como gozosa novedad, la incorporación de la imagen mariana predilecta de la casa, ahora con la original advocación de Nazarena. Aún viva en el recuerdo de los mayores la anterior etapa cofrade, de ella se heredan la ausencia de música en la procesión y el negro del hábito nazareno, que ahora adopta las formas del usado por las religiosas; con leves variantes, su diseño es reproducido en las nuevas túnicas estrenadas en 2016. Y tras meses de trabajo entusiasta, el Nazareno vuelve a las calles de Córdoba el Martes Santo de 1972, y la Nazarena tres años más tarde. Entre las realizaciones materiales de aquellos años, la artística corona de la Virgen. Su autor, Alfonso Luque, lo era de casi toda la orfebrería del paso de María Santísima, completado en 1986 con el original palio, todo según diseño de Andrés Valverde Luján, a quien la cofradía debe su personal estética en esta última etapa. Destaca entre sus obras el nuevo paso de Jesús Nazareno, cuya magistral obra de talla fue estrenada en 1998. Años antes, en 1982, realizaba Andrés por encargo de las hermanas hospitalarias el actual retablo de María Nazarena, y poco después impulsaba, como hermano mayor, la obra de la nueva puerta de la iglesia, que permitió la salida de los actuales pasos por vez primera desde el templo el Martes Santo de 1984. Era el antepenúltimo Martes Santo para la cofradía, obligada a procesionar en los primeros días de la Semana Santa para permitir la celebración de los oficios en la iglesia. Obviado el inconveniente con la inauguración en 1980 de la capilla de las hermanas, poco después se iniciaba un arduo camino plagado de dificultades para recuperar la jornada procesional marcada por la tradición. Tradición con la que se reencuentra progresivamente la cofradía a lo largo de los años ochenta, cuando se recuperan el palio de respeto tras el Nazareno y el pendón de damasco blanco con las rojas cruces de Jerusalén, se eliminan las efímeras ruedas de los pasos, las de Jesús en 1980, las de la Virgen en 1983, y, sobre todo, cuando los hermanos de Jesús Nazareno nos encontrábamos, expectantes, con nuestra propia historia, recogida en la magistral monografía publicada en 1989, obra del académico Juan Aranda Doncel. Al año siguiente, el reencuentro con la tradición llegaba a su cima con la recuperación, en aquella histórica madrugada, de la estación penitencial catedralicia y la presencia tras el Nazareno de la imagen de san Juan, portada en elegantes parihuelas entonadas en el caoba y plata característico del cortejo. Circunstancias adversas supusieron sucesivas limitaciones en el mantenimiento de dicha tradición, que en lo posible era recogida en los estatutos de la Real e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, María Santísima Nazarena y San Bartolomé. En la reforma estatuaria de 2014 se añadía como nuevo titular al Beato Padre Cristóbal de Santa Catalina, para cuya reliquia, situada en el frontal del paso del Nazareno, ha realizado Emilio León espléndido relicario de plata, estrenado en 2016 en la actual jornada procesional de la cofradía, la tarde del Jueves Santo. Entre 1989 y 1991 cofradía y congregación viven intensamente unidas en torno al padre Cristóbal, que tres siglos antes se abrazaba definitivamente con el Nazareno la cálida noche del 24 de julio de 1690. En su memoria, las exposiciones conmemorativas, la inauguración del monumento en la plaza que lleva su nombre, o aquel memorable congreso internacional, Cristóbal de Santa Catalina y las cofradías de Jesús Nazareno, en todo la cofradía trabajando con entusiasmo codo con codo con las hermanas. Entre aquel entusiasmo renovado, avanzaba el retomado proceso de beatificación que culminaba el histórico 7 de abril de 2013, Domingo de la Divina Misericordia, cuando ante miles de personas, en solemne ceremonia celebrada por vez primera en nuestra Catedral, la Iglesia proclamaba beato al padre Cristóbal, descubriendo a la veneración su imagen, reproducción de la pintura original de Juan Manuel Ayala. Presidía, entronizado en su paso, Jesús Nazareno, el Señor del padre Cristóbal, y ante él las reliquias del beato, antes del regreso en triunfal procesión al nido devocional de la Casa de Jesús. 

Sede Canónica: Capilla de Jesús Nazareno

Pasos: 2 pasos, el primero Jesús con la Cruz a cuestas. Jesús Nazareno es obra anónima del siglo XVI. El segundo paso la Dolorosa bajo palio. La Nazarena también es obra anónima del siglo XVIII.

Hábito Nazareno: Túnica, cubrerrostro y escapulario negro y cordón franciscano de esparto. 

Estrenos: Medallón frontal del paso de la Virgen, tallado por Andrés Valverde Luján y Manuel Valverde Serrano, 

Música: No llevan

Recorrido: Salida-Plaza Padre Cristóbal (17:00), Buen Suceso, Hnos. López Diéguez (17:30), San Andrés, San Pablo (18:00), Capitulares, Diario Córdoba, San Fernando (18:30), Ronda Isasa, Entrada C.O (19:30), Salida C.O (21:00), Cardenal González (21:30), San Fernando (22:00), Diario Córdoba, Capitulares, San Pablo (22:30), Hnos. López Diéguez (23:00), Arroyo San Andrés, Yerbabuena, Entrada (23:30).

Hermandad de la Caridad


Nombre Completo: Real Hermandad y Cofradía del Señor de la Caridad.

Reseña Histórica: Fue fundada en el siglo XV en el Monasterio de San Pedro el Real (San Francisco) para asistir a los desvalidos y atender a los moribundos, siendo su actividad tan relevante que recibió numerosos privilegios a fin de potenciarla. A finales del siglo XV construye el Hospital de la Santa Caridad en la Plaza del Potro, al que se traslada. Entre los miembros ilustres de la Cofradía se cuentan a los Reyes Católicos, Juana I, Carlos I, Felipe II y destacados miembros de la nobleza como D. Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán. En el siglo XIX la Hermandad languidece hasta llegar a su extinción. En 1939 se refunda, haciendo estación de penitencia el Domingo de Ramos de 1940. De sus peculiaridades destaca el acompañamiento del Tercio de la Legión Gran Capitán de Melilla. 

Sede Canónica: Parroquia de San Francisco y San Eulogio

Pasos: 1 paso, Jesús Crucificado acompañado por la Virgen María a los pies de la Cruz. El Señor de la Caridad es obra anónima del siglo XVI. La Virgen es obra anónima del siglo XVII aunque atribuida a José de Mora. 

Hábito Nazareno: Túnica negra, con botonadura roja, cíngulo rojo  negro, cubrerrostro rojo y las capas negras con vueltas rojas. 

Estrenos: Restauración del Señor de la Caridad por Enrique Ortega y Rosa Cabello. 

Música: Banda del "Tercio Gran Capitán de la Legión" de Melilla.

Recorrido: Salida-Compás de San Francisco (17:00), San Fernando, Diario de Córdoba (17:30), Rodríguez Marín, Plaza de la Corredera, Plaza del Socorro (18:00), Plaza de la Almagra, Escultor Juan de Mesa, Plaza de San Pedro, Don Rodrigo (18:30), Lineros, Plaza del Potro, Romero Barros (19:00), San Fernando, Cruz del Rastro, Ronda de Isasa (19:30), Entrada C.O (19:49), Salida C.O ( 21:22), Cardenal González, San Fernando (22:00), Compás de San Francisco-Entrada (22:15).

Hermandad del Caído


Nombre Completo: Pontificia, Real y Venerable Hermandad y Cofradía de Nuestro Padre Jesús Caído y Nuestra Señora del Mayor Dolor en su Soledad.

Reseña Histórica: El primer paso para la constitución de esta hermandad hay que fijarlo con anterioridad al año 1676 cuando el maestrescuela de la Santa Iglesia Catedral donó la sagrada imagen de Nuestro Padre Jesús Caído a los Carmelitas Descalzos del convento de San Cayetano, entonces denominado de San José. La donación de la imagen constituye el punto de partida del fomento de la devoción a Jesús Caído. El fervor despertado tiene un significativo refrendo en la capilla que se levanta en su honor a los pocos años, concretamente en 1676. A la imagen se la conoce con el título de Jesús Nazareno y será a partir de 1736 cuando se imponga la advocación de Jesús Caído. Desde comienzos del siglo XVIII la imagen luce en la cabeza una corona de espinas de plata costeada con las limosnas de los numerosos devotos. La creciente devoción a Jesús Caído culmina en los inicios del segundo tercio del siglo XVIII, momento en el que se plantea la necesiad de levantar una suntuosa capilla que destaca por sus dimensiones y profusa decoración y que se inicia en noviembre de 1732 y se concluye en 1736. La efigie de Jesús Caído ocupa un lugar destacado en el altar central, mientras que en los dos colaterales se situan la antigua talla de Nuestra Señora del Socorro y dos nuevas imágenes que se encarga, Nuestra Señora de los Dolors y San Juan Evangelista. Los cultos dedicados a Jesús Caído y a la Dolorosa constituyen un indicador del notorio fervor que despiertan ambas imágenes. La importancia de este fenómeno justifica y explica el nacimiento de una cofradía pasionista en 1765 que procesionará unos lustros después el Jueves Santo por nuestra ciudad. La fundación de la cofradía de Jesús Caído en 1765 marcará un hito importante en la devoción a esta imagen que procesionará, junto con Nuestra Señora del Mayor Dolor en su Soledad, por primera vez el Jueves Santo de 1779. Esta salida procesional levanta una gran expectación. Se da la circunstancia de que tras una pertinaz sequía, apenas traspasaban el umbral de su templo, de regreso de la procesión, cayó una lluvia torrencial, lo que en opinión del vecindario se atribuía a un prodigio de la imagen titular de la cofradía. La incorporación a la Semana Santa cordobesa lleva consigo una indudable vitalidad de la cofradía que se mantendrá hasta los primeros años del siglo XIX. A partir de esa fecha se producirá una fase de postración que se agrava de manera paulatina hasta llegar a la disolución decretada en el año 1818. Esta crítica situación se agudiza dos años más tarde cuando quedan suprimidos los desfiles procesionales en nuestra ciudad por el edicto del obispo Trevilla. No será hasta 1851 cuando se reorganice la cofradía, lo que significa el resurgir de la devoción popular a Jesús Caído que vuelve a hacer estación de penitencia en ese mismo año y junto a Nuestra Señora del Mayor Dolor al año siguiente. Las dos imágenes de la cofradía participan en la procesión oficial hasta el año 1858, ya que el obispo Alburquerque toma la decisión de reducir el número de imágenes de la procesión oficial. La hermandad del Caído constituye uno de los ejes en torno a los que gira la semana Santa cordobesa durante las dos primeras décadas del siglo XX, siendo la única cofradía que hasta 1918 saca por sí misma una procesión al margen del desfile oficial del Viernes Santo en el que también participa con su imagen titular. Está documentada la presencia en estas procesiones del Jueves Santo de acompañamiento musical, siendo lo más frecuente una capilla vocal e instrumental, actuando en ocasiones una banda de música y en 1921, por primera vez, una banda de cornetas y tambores. En el año 1930 le es concedido a la hermandad el título de real y en el año 1931 el de pontificia. Los marqueses de la Mota de Trejo realizan proyectos que darán un mayor realce a la salida procesional de Jueves Santo. Así se realizarán los respiraderos de metal plateado que se encargan a la firma sevillana Sucesores de Manuel Seco. La influencia sevillana se patentiza en el hábito penitencial de la cofradía y en los cetros y bastones que llevan los cargos, si bien es en Málaga donde se adquieren las cuatro bocinas que aún hoy procesionan. La proclamación de la II República el 14 de abril de 1931 supone el fin del auge de la hermandad y el inicio de una crisis que también afecta al conjunto de las cofradías penitenciales y a la Semana Santa. Tras este paréntesis, la cofradía sale del aletargamiento en 1937 y empieza a cobrar un nuevo impulso. El 10 de diciembre de 1939 es nombrado hermano mayor el torero Manuel Rodríguez “Manolete”. Durante su mandato la cofradía adquiere nuevos bríos y recobra la pujanza en esta época se refuerza la relación de la cofradía con el mundo de los toreros perteneciendo a la hermandad el torero “Machaquito”, la esposa de “Guerrita” y varios subalternos, así como miembros de la cuadrilla de “Manolete”.Durante la etapa de gobierno de “Manolete” se pone en marcha el proyecto de un nuevo paso para Jesús Caído del que se encarga el tallista cordobés Rafael Valverde Toscano. En agosto de 1942 se aprueban unos nuevos estatutos. La potenciación que la cofradía experimenta entre los años 1948 y 1962 se traduce en un incremento en el número de hermanos. Las aportaciones económicas van a resultar decisivas para encarar los crecidos gastos que origina el proyecto estrella: el palio del paso de Nuestra Señora del Mayor Dolor en su Soledad. La brillante trayectoria de la cofradía quedará truncada en el año 1962 cuando Rafael Gálvez del Cerro preside por segunda vez la Agrupación de Cofradías proponiendo al matador de toros “Parrita” como hermano mayor del Caído. La negativa de este a aceptar el cargo obliga a Gálvez del Cerro a continuar al frente de la cofradía que entra en una fase de crisis que se agrava hasta finales de la década de los setenta, a pesar de que en octubre de 1966 comienza la presidencia nominal del conocido locutor Matías Prats Cañete que reside en Madrid. La elección de Rafael Jaén Toscano en septiembre de 1979 supone una inyección de bríos juveniles que dan sus frutos con la formación de sendas cuadrillas de hermanos costaleros para llevar a los Titulares. Desde entonces hasta nuestros días la cofradía del Caído mantiene una gran vitalidad.

Sede Canónica: Iglesia Conventual de San Cayetano

Pasos: 2 pasos, el primero representa a Jesús Caído, bajo el peso de la Cruz. El Señor del Caído es obra anónima del siglo XVII. En el segundo paso la Dolorosa bajo palio. La Virgen de la Soledad es obra también anónima del siglo XVIII. 

Hábito Nazareno: Túnica morada y cubrerrostro negro de raso. 

Estrenos: Restauración del Caído realizada por Enrique Ortega.

Juego de dalmáticas realizadas por Rafael Carmona

Primera fase del Guión de Juventud realizado por el taller de bordados Virgen del Carmen de San Fernando bajo diseño de Pedro José Sánchez Reyes.

Música: En el Cristo la Banda de CCTT "Caído Fuensanta" de Córdoba. En la Virgen la Banda de Música "María Santísima de la Esperanza" de Córdoba.

Recorrido: Salida-San Cayetano (17:00), Ollerías, Santa Marina (17:30), Hermanos López Diéguez, San Andrés, San Pablo (18:30), Diario Córdoba (19:00) , San Fernando (19:30), Cruz del Rastro, Ronda de Isasa (20:00), Entrada C,O (20:16), Salida C..O (21:46), Cardenal González, San Fernando (22:30), Capitulares, Alfaros (23:30), Conde de Priego (00:00), Santa Marina, Ollerías (00:30) y San Cayetano- Entrada (00:45).

Hermandad de la Sagrada Cena


Nombre Completo: Muy Mariana Hermandad Sacramental de la Inmaculada Concepción, Santo Rosario y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Fe en su Sagrada Cena y María Santísima de la Esperanza del Valle.

Reseña Histórica: En el seno de la Tertulia Cofrade “El llamador” de nuestra ciudad nace la inquietud de la que acabará por nacer la hermandad de la Sagrada Cena. Así el 31 de octubre de 1983 nace su junta fundacional y el 1 de mayo de 1985 se constituye canónicamente como cofradía sacramental, al considerarse continuadora de dos antiguas hermandades del Santísimo Sacramento erigidas en 1630 y 1631 respectivamente, fusionadas por decreto del obispo Agustín de Ayestarán el 13 de febrero de 1799 y regidas por unas reglas que en algunos aspectos inspiraron las normas de esta nueva hermandad. Con el fin de realizar la estación de penitencia, la hermandad adquiere la imagen de María Santísima de la Esperanza del Valle, Dolorosa anónima del siglo XIX adquirida al fotógrafo sevillano “Fernand” y que es bendecida el día 12 de mayo de 1985, imponiéndosele su corona un año después, el Domingo de Pentecostés 18 de mayo de 1986. El 11 de abril de 1987, en la primera función solemne dedicada a Nuestro Padre Jesús de la Fe, el obispo Infantes Florido le impone la Medalla de Primera Adoradora que le había concedido el Consejo Nacional de la Adoración Nocturna. Poco tiempo después se encarga al imaginero de Puente Genil Francisco Palos la factura de la imagen del Señor. Una vez encarnada la talla por el ecijano Joaquín Ojeda, la imagen es bendecida el día 11 de abril de 1987, actuando como padrinos los Hermanos de la Cruz Blanca y el Consejo Diocesano de la Adoración Nocturna. No obstante, la imagen será sustituida por otra antes de su primera estación penitencial. La nueva imagen será realizada por el imaginero cordobés Miguel Ángel González Jurado y bendecida en la Parroquia de la Trinidad, donde la hermandad tuvo su primera sede canónica, el 24 de abril del año 1993. Por deseo expreso de la hermandad, el cáliz que lleva en sus manos el Señor es una reproducción del de monseñor don Antonio Gómez Aguilar, fallecido meses antes, y que, como responsable del templo de la Trinidad, se había desvelado por ayudar a la cofradía en su etapa fundacional y sus primeros años de existencia. Tras recibir la autorización de la Agrupación de Cofradías como primera en acceder al itinerario oficial el Jueves Santo, la hermandad realiza su primera estación de penitencia el Jueves Santo 31 de marzo de 1994 con un paso en el que marchaba sola la imagen del Señor puesto que hasta el año 1996 no procesionaría el apostolado realizado por Miguel Ángel González Jurado. El hecho de que la hermandad nunca podría salir desde el interior de la iglesia de la Trinidad y la necesidad de “competir” con el “resto de Hermandades de centro” para nutrirse de hermanos, lleva a la hermandad a mirar hacia otras zonas de nuestra ciudad. Así decide la compra de un local en la calle Francisco González Panchón, en la zona de Poniente de nuestra ciudad. El día 8 de abril del año 2000, don Joaquín Pérez Hernández, párroco de la recién creada parroquia de Nuestra Señora de la Consolación ofrece a la hermandad un templo que todavía no se ha construido y del que ni tan siquiera se han redactado el proyecto, lo que permitirá a la hermandad contemplar la futura ubicación de sus Titulares, incluido el misterio completo de la Cena, y la construcción de una puerta que permita realizar la estación de penitencia desde el interior del templo. El día 4 de febrero de 2001, cuando todo estaba previsto para que la hermandad se incorporase a la nueva sede canónica, se produce un cambio de titular en la parroquia del Beato Álvaro de Córdoba, haciéndose cargo de la misma don Tomás Pajuelo quien se muestra también favorable a la integración de la hermandad en el nuevo templo. Así las cosas, el día 1 de abril del año 2001, se celebra un Cabildo General Extraordinario en el que se decide, por unanimidad, solicitar al Obispo de Córdoba el cambio de sede a la parroquia Beato Álvaro de Córdoba. El día 15 de mayo de ese año 2001, el Consejo Episcopal acuerda acceder al cambio de sede canónica de la hermandad que celebrará la entrada oficial en su nueva sede el día 21 de junio, al finalizar el primer día de los cultos al Santísimo Sacramento. El Jueves Santo del año 2002, la hermandad realizará ya su primera salida procesional desde su nueva sede. En el año 2001, se sustituye la imagen de María Santísima de la Esperanza del Valle por la actual, realizada también por el imaginero cordobés Miguel Ángel González Jurado. Aunque esta imagen no procesiona actualmente, la hermandad tiene ya el diseño del que será su paso de palio. Este, será de estilo Renacimiento, con muchos elementos innovadores y muy personal. La corporación había encargado el diseño del trono a una comisión formada por cuatro personas: Francisco Mellado, Miguel Ángel González Jurado (autor de la imagen, bendecida en diciembre de 2001), Manuel González y Julio Ferreira, el vestidor de la titular. El proyecto ha sido aprobado por mayoría absoluta en un reciente cabildo general de hermanos. En el año 2008 se cumple una vieja aspiración de la cofradía, la de poder salir desde el interior de su sede canónica, para lo cual se realizan obras de ampliación en su capilla y se habilita una nueva puerta. El 23 de noviembre de 2008, a las 12,00 horas, el todavía obispo de la diócesis, monseñor Asenjo bendecía en acto solemne la imagen del Santísimo Cristo de la Luz, titular de la hermandad de la Sagrada Cena. Con esta obra, la corporación de Poniente veía cumplida una vieja aspiración, la de contar con una imagen titular con la que poder realizar el Vía Crucis, ese acto de piedad que introdujera en Occidente, el también titular de la hermandad, San Álvaro de Córdoba. La efigie es obra del imaginero boliviano, afincado en nuestra ciudad, Edwin González quien, desde el primer momento, supo captar la idea de crear una imagen de Cristo en la que imperase la serenidad y llamara al recogimiento y a la devoción. Inspirado en nuestros clásicos del barroco, Edwin ha labrado un Cristo en el crítico momento de entregar su alma al Padre, por esa razón tiene los ojos entreabiertos y todavía conserva un alo de tensión en su derrotado cuerpo. Y un detalle, en el pómulo derecho del Señor aparece una lágrima furtiva. Es la firma del autor, con la que simboliza su lucha y sus dificultades, a la vez que su agradecimiento a Dios. La Hermandad afronta desde hace unos años la ejecución del paso de palio donde saldrá en pocos años la Virgen de la Esperanza del Valle. 

Sede Canónica: Parroquia del Beato Álvaro de Córdoba

Pasos: 1 paso, el misterio representa la última cena del Señor con los apóstoles e institución de la Eucaristía. Tanto el Señor de la Cena, de 1993, como el resto del apostolado, de 1996, son obra de Miguel Ángel González Jurado. 

Hábito Nazareno: Túnica blanca con botonadura roja, cubrerrostro rojo y cíngulo rojiblanco. 

Estrenos: Nueva parihuela del paso del Señor así como la adaptación de los respiraderos a la nueva mesa. 

Música: En el misterio la Agrupación Musical "Sagrada Cena" de Córdoba.

Recorrido: Salida-Avenida Guerrita (18:35), Gran Vía Parque, Previsión, Damasco (19:30), Avenida Aeropuerto, Dr. Fleming (20:00), Stos. Mártires, Sta. Teresa Jornet (20:30), Ronda Isasa,Entrada C.O (21:14), Salida C.O (22:44), Corregidor Luis de la Cerda, Amador de los Ríos, Stos. Mártires (23:30), Dr. Fleming, Vallellano (00:00), Avda. Aeropuerto, Damasco (00:30), José María Valdenebro, Avda. Guerrita (01:00), Entrada (01:45).

Hermandad de las Angustias


Nombre Completo: Pontificia, Real y Centenaria Hermandad y Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias.

Reseña Histórica: La cofradía más antigua que procesiona actualmente en nuestra Semana Santa es la de Nuestra Señora de las Angustias. que se crea a mediados del siglo XVI, estableciéndose en la capilla de la Magdalena de la iglesia conventual de San Agustín. La posesión tiene lugar en marzo de 1558, fecha en la que la cofradía y la comunidad de agustinos firman una escritura en la que se especifican las obligaciones por ambas partes. Las reglas de esta cofradía se aprueban por el obispo en abril del año 1570, siendo confirmadas en junio de 1587 por el provisor general de la diócesis el licenciado Velarde de la Concha, quine las aprueba a condición de que “las mujeres de la cofradía no asistan en las congregaciones con los hermanos cofrades ni salgan en la disciplina, salvo alumbrando y sin túnicas descubiertas con sus mantos”.Parece ser que en 1573 hay un intento de la cofradía del Santo Crucifijo de unión con la de las Angustias.. La imagen de Nuestra Señora de las Angustias despierta un intenso fervor en el vecindario, siendo numerosos los devotos que en los testamentos manifiestan su voluntad de que se digan misas por sus almas en la capilla y altar de esta devoción mariana. A lo largo del siglo XVII y gran parte de la primera mitad del siglo siguiente, la cofradía de Nuestra Señora de las Angustias atraviesa por una etapa de esplendor y auge que se manifiesta a través del aumento de número de hermanos y la incorporación de elementos barrocos a la procesión del Viernes Santo que le dan una mayor vistosidad y boato. Entre las iniciativas más importantes cabe mencionar la sustitución de la primitiva imagen en 1628 por la magnífica obra del escultor cordobés Juan de Mesa. Parece ser que en el encargo intervienen fray Pedro de Góngora y Angulo. En el último cuarto del siglo XVII la cofradía encarga al escultor Pedro de Paz una imagen de las Angustias para colocar en la mesa petitoria del Jueves y Viernes Santo. En el año 1697 la falta de recursos obliga a la cofradía a renunciar a a sacar la procesión, situación que se repetirá en la primera mitad del siglo XVIII. La cofradía se revitaliza en la década de los cuarenta coincidiendo con la llegada al poder en 1843 del partido moderado del general Narváez. Estos signos de vitalidad se consolidan en 1851 con el ofrecimiento hecho al municipio de sacar a la titular en la procesión del Santo Entierro. La hermandad de las Angustias participa en el desfile oficial del Viernes Santo desde 1851 hasta el final del reinado de Isabel II. La titular va acompañada también en ocasiones por otras cofradías y colectivos profesionales. Durante la etapa isabelina la hermandad de las Angustias cobra bastante dinamismo. Tras el paréntesis del sexenio revolucionario, la cofradía desarrolla una intensa actividad a lo largo de la Restauración. Además de su participación en la tarde del viernes Santo, procesiona al margen del desfile oficial en las postrimerías del siglo XIX. Así los hermanos de las Angustias acuerdan sacar sus titulares con el Cristo de Gracia en la tarde del Jueves Santo de 1891, 1892 y 1893. El Jueves Santo de 1896 va acompañada de Jesús Rescatado. En 1895 saldrá el Miércoles Santo, al igual que en 1899, año en que procesiona junto a Jesús del Calvario. En los primeros años del siglo XX la hermandad se encuentra en una fase de aletargamiento de la que saldrá a partir de 1919 contribuyendo de forma decisiva a ello el nombramiento de la reina madre María Cristina como camarera de honor. Los titulares forman parte del desfile oficial del Santo Entierro hasta 1928 y procesionan asimismo el Martes o Miércoles Santo en unión de las hermandades de Jesús del Calvario y Cristo de Gracia. El año 1928 marcará un hito importante en la vida de la cofradía al tener previsto realizar la salida procesional en solitario el Jueves Santo, pero la lluvia obliga a trasladar la estación de penitencia al Viernes Santo por la noche. En la Semana Santa de 1929, 1930 y 1931 los hermanos de las Angustias recorren las calles de la ciudad el Jueves Santo rivalizando con los de Jesús Caído. En los años 1933 y 1934 la hermandad decide suspender la procesión por las prohibiciones decretadas por la II República. La imagen de Nuestra Señora de las Angustias participará en la procesión del Santo Entierro de 1935, siendo la única que sale a la calle en un ambiente de tensión la Semana Santa de 1936. Esta salida provocará disensiones internas en el seno de la cofradía que originan la dimisión del hermano mayor. También el prelado de la diócesis y el prior de la comunidad de dominicos se oponen de manera tajante al acuerdo tomado en la reunión celebrada por un grupo de hermanos a iniciativa de Manuel Revuelto Nieto, quien traslada las imágenes a su domicilio salvándolas del peligro ocasionado por el incendio intencionado del templo de San Agustín. En el año 1937 la imagen procesiona por primera vez bajo palio lo que se mantendrá hasta el año 1957, año en que se prescindió de él por consejo del obispo fray Albino que consideraba que se trataba de una paso de misterio y no de Virgen. En el año 1948, el obispo fray Albino nombró hermano mayor a don Amador Naz Román , en cuyo mandato se hizo la corona actual, que labró Rafael Peidró Dueñas y que le impuso a Nuestra Señora el obispo fray Albino en el año 1953. Durante el mandato como hermano mayor de Aurelio de Castro Navarro, marqués de la Fuensanta del Valle, se lleva a cabo el polémico traslado de la hermandad de las Angustias y de sus titulares a la céntrica iglesia de San Pablo, regida por los claretianos. Esta medida provoca la protesta generalizada de los vecinos del barrio, pero resulta infructuosa. El traslado se lleva a cabo a principios de marzo de 1961. El 11 de octubre de 1987 tiene lugar otro hito histórico para la cofradía como es la Coronación Canónica de Nuestra Señora de las Angustias por el obispo monseñor Infantes Florido. Con motivo del 375 aniversario de la Bendición de la Virgen de las Angustias, la hermandad desarrolló, en el año 2003, un intenso programa de actos como continuación al 375 aniversario de la muerte del insigne escultor cordobés D. Juan de Mesa y Velasco que tuvieron lugar entre los días 28 al 30 de noviembre del año 2002 en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Córdoba bajo el título “III Jornadas de Historia del Arte. Juan de Mesa, Visiones y Revisiones(1627-2002) en el que intervinieron prestigiosos catedráticos de Historia del Arte tanto nacionales como internacionales. Entre este conjunto de actos cabe destacar el Pregón pronunciado por don Manuel Salcines López el día 14 de marzo. Asimismo el día 23 del mismo mes, en la Fiesta de Regla de la Hermandad se les imponía la medalla de hermano de honor a la Brigada de Infantería Mecanizada “Guzmán el Bueno” X de Cerro Muriano (BRIMZ X) por sus misiones de paz así como por su vinculación histórica con esta Hermandad y Cofradía. En el año 2008 la hermandad celebra el 450 Aniversario de su fundación con un completo programa de actos que se inicia en el año anterior y que tiene como culminación la celebración, el día 13 de marzo de 2008 de una Función Solemne en la Real Iglesia de San Pablo. Todos estos actos culminaron con una salida extraordinaria de Nuestra Señora de las Angustias Coronada el día 20 de septiembre. En 2014 la hermandad retorna al restaurado templo de San Agustín, estableciendo en una calle aledaña su nueva sede.

Sede Canónica: Iglesia Conventual de San Agustín.

Pasos: 1 paso, la Virgen recibe el cuerpo de su hijo muerto. La dos imágenes son de Juan de Mesa y Velasco del año 1627.

Hábito Nazareno: Capa negra con galón dorado y vueltas moradas. 

Estrenos: Nueva mesa para el paso realizada por Jose Carlos Rubio.

Corazón pectoral en plata para la Virgen diseñado y realizado por Jesús Amaro, donado por un grupo de devotos. 

Música: En el misterio la Banda de CCTT "Coronación de Espinas" de Córdoba.

Recorrido: Plaza de San Agustín (18:45), Reja de Don Gómez, Muñoz Capilla, Arroyo de San Andrés, Hermanos López Diéguez, Plaza de San Andrés, Fernán Pérez de Oliva y Gutiérrez de los Ríos. Plaza de la Almagra, Escultor Juan de Mesa, Plaza de San Pedro, Don Rodrigo, Lineros, Enrique Romero de Torres, Ribera y Ronda de Isasa, CARRERA OFICIAL, Cardenal González, San Fernando, Diario de Córdoba, Capitulares, San Pablo, San Andrés, Hermanos López Diéguez, Enrique Redel, Reja de Don Gome y Plaza de San Agustín (02:00). 

Hermandad del Cristo de Gracia (Esparraguero)


Nombre Completo: Trinitaria Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de Gracia y María Santísima de los Dolores y Misericordia.

Reseña Histórica: La devoción al Santísimo Cristo de Gracia surge inmediatamente después de la llegada de la imagen a la iglesia conventual de los trinitarios descalzos en el año 1618. Esta orden se había instalado en nuestra ciudad en el año 1607. Aunque mantuvieron algunos pleitos con los agustinos, finalmente, el obispo de Córdoba les concede la ermita de Nuestra Señora de Gracia el 13 de febrero de 1608, cristalizando su asentamiento en nuestra ciudad. Diez años después, el 4 de febrero de 1618 llega a la iglesia conventual la imagen del Cristo de Gracia por medio de una donación de Francisca de la Cruz, quien la había recibido de su hermano Andrés Lindo, residente en las Indias. La imagen estaba realizada en la ciudad de Puebla de los Ángeles en el virreinato de Nueva España. Los trinitarios descalzos muestran un vivo interés en difundir e impulsar la devoción al Cristo de Gracia consiguiendo que en los años inmediatos a la donación, la imagen despierte un arraigado fervor popular en el vecindario, fenómeno que se intensificará hasta alcanzar cotas elevadas a lo largo del siglo XVII. Las donaciones constituyen un significativo exponente del fervor al Cristo de Gracia. Entre la masa de devotos encontramos al orfebre Juan de León, quien en junio de 1654 ofrece una lámpara de plata y la correspondiente dotación de aceite. Los frecuentes prodigios atribuidos a la imagen contribuyen de manera decisiva a propagar la devoción al Cristo de Gracia en todas las capas sociales y barrios de la ciudad. En agradecimiento depositan numerosos exvotos, alhajas de plata y ornamentos para el servicio de la capilla donde recibe culto la venerada efigie. La intensa devoción de los cordobeses se manifestará asimismo en la procesión de rogativa por la lluvia organizada el 1 de mayo de 1653 a iniciativa de un grupo de labradores del barrio de San Lorenzo, constituyendo esta la primera vez que la imagen sale del templo conventual en penitencia pública. La devoción al Cristo de Gracia se entibia en la década de los ochenta de este siglo XVII como consecuencia de la retirada de la imagen a la clausura debido a las obras de la nueva iglesia que se levanta, volviendo a recuperar la devoción de antaño, incluso intensificada, en las postrimerías de del siglo XVIII. Es llamativo que los trinitarios no impulsen la erección de una cofradía dedicada a la popular imagen en este siglo, pudiendo estar la causa en la prohibición establecida por las constituciones de la descalcez de 1614. Sin embargo, estas primitivas reglas se suavizarán en el siglo XVIII y podremos contemplar el nacimiento de sendas cofradías en honor a Jesús Rescatado en el año 1713 y al Cristo de Gracia en 1736 agregadas a la confraternidad trinitaria. Durante el siglo XVIII la imagen del Cristo de Gracia continúa despertando un intenso fervor en el vecindario que se manifestará a través de una nueva salida procesional en rogativa por la lluvia que tiene lugar el 19 de abril de 1734 y a la que asisten una elevada cifra de miembros de la aristocracia, labradores y numerosos devotos. Este intenso fervor que despierta en la ciudad el Santísimo Cristo de Gracia es una de las razones que impulsa a un grupo de devotos, con el apoyo de la comunidad trinitaria, a fundar una hermandad en su honor, erigida canónicamente el 21 de enero de 1736. En las décadas siguientes a la fundación de la hermandad se llevan a cabo proyectos de envergadura como la conclusión y dedicación de la capilla del titular, el dorado del retablo y el camarín de la venerada imagen. A finales de este siglo XVIII se construye un altar en la capilla del Cristo de Gracia, donde se coloca una imagen de Nuestra Señora de los Dolores donada por doña Beatriz Cisterna. La trayectoria de la hermandad del Santo Cristo de Gracia en el primer tercio del siglo XIX viene marcada por las vicisitudes de la comunidad trinitaria. La entrada de las tropas francesas el 7 de junio en nuestra ciudad resulta funesta por los atropellos y saqueos cometidos de los que también serán víctimas la iglesia y las dependencias conventuales. Con la retirada de las tropas francesas a los diez días se normaliza la situación, pero los estragos llevados a cabo quedan en la memoria de los religiosos que toman la iniciativa, de acuerdo con la hermandad del Santísimo Cristo de Gracia, de sacar la imagen en procesión de rogativa patriótica el 22 de diciembre de 1809, siendo secundada la convocatoria por numerosos cordobeses de todas las capas sociales. La hermandad de la Santísima Trinidad y Santo Cristo de Gracia se ve afectada por la exclaustración de los religiosos el 10 de febrero e 1810, decretada por el gobierno de José I. Tras un paréntesis de más de tres años, regresan los frailes a la clausura y con este motivo celebran una solemne función de iglesia el 25 de julio de 1813. La tarde anterior se trasladan en procesión las imágenes del templo trinitario que habían sido distribuidas en distintas iglesias. La normalización de la vida comunitaria en el convento de Nuestra Señora de Gracia repercute positivamente en la hermandad del Cristo de Gracia que tendrá una notoria vitalidad en los lustros siguientes. Con motivo del jubileo de Año Santo concedido por León XII en el año 1825, la hermandad organiza salidas de rosarios públicos para ganar las indulgencias en marzo de 1826. Este dinamismo volverá a quedar truncado con la exclaustración de los religiosos en agosto de 1835., si bien la iglesia permanece abierta al culto, gracias a los denodados esfuerzos de la hermandad que contribuye a pagar los gastos de sostenimiento. La recuperación de la procesión del Santo Entierro por la corporación municipal a mediados del siglo XIX significa la incorporación de la imagen del Cristo de Gracia a la Semana Santa cordobesa acompañada por los hermanos de la cofradía. En el año 1866 los hermanos del Cristo de Gracia vestirán en la procesión oficial túnicas blancas y negras costeadas por el ayuntamiento. La precaria situación económica que vive la hermandad obligará a pedir ayuda económica al municipio en 1865 para restaurar la imagen titular. Durante la etapa de la Restauración la cofradía del Cristo de Gracia participa con su titular en la procesión oficial del Santo Entierro, hasta que a finales de este siglo XIX, dejan de hacerlo al extinguirse la hermandad, si bien, la imagen sigue saliendo en la procesión oficial acompañada por las personas y corporaciones invitadas por el ayuntamiento. Además de en el desfile oficial del Santo Entierro, el Cristo de Gracia recorre las calles de la ciudad el Jueves Santo de los años 1891, 1892 y 1893 junto a las Angustias en salidas procesionales que corren a cargo de esta última hermandad. En abril de 1900 el obispo José Pozuelo y Herrero autoriza el restablecimiento de los trinitarios en nuestra ciudad y en septiembre de 1903 el superior de la comunidad toma posesión de la iglesia y convento. A raíz de la instalación de los trinitarios se reorganiza en 1905 la Pía Asociación de la Santísima Trinidad y Santísimo Cristo de gracia. Los religiosos pretenden impulsar y potenciar el culto y devoción al misterio de la Trinidad, aprovechando el arraigo popular del Cristo de Gracia que sale en al procesión del Santo Entierro. Los estatutos se elaboran el 4 de junio de 1905 y en agosto del mismo año son aprobados por la autoridad eclesiástica. Esta reorganización tendrá una existencia fugaz ya que en 1909 queda prácticamente disuelta hasta que en enero de 1913 se pone de nuevo en marcha. Los esfuerzos realizados por impulsarla cosechan los frutos deseados rápidamente ya que en 1916 se decide vestir hábito nazareno en la procesión del Santo Entierro, iniciándose una etapa de pujanza. A partir del año 1937 el Cristo de Gracia procesiona en el desfile oficial del Santo Entierro y poco después pasa definitivamente la hermandad a realizar la estación de penitencia el Jueves Santo.
La reorganización llevada a cabo en marzo de 1942 supone la potenciación de la cofradía en los lustros siguientes. Así en el año 1942 se sustituye el hábito penitencial de tisú de planta por el blanco y negro del atuendo trinitario. En el año 1948 se crea una banda de cornetas y tambores y dos años más tarde se instauran los cultos mensuales en la capilla del titular en la que se realizan importantes obras de restauración. La trayectoria de la hermandad del Cristo de Gracia desde 1955 hasta nuestros días ofrece rasgos comunes con la mayoría de las cofradía de penitencia, manteniendo estrechos vínculos con distintos colectivos de la ciudad, plasmados en el nombramiento de hermanos de honor al Real Centro Filarmónico Eduardo Lucena y la Federación de Peñas cordobesas. En el año 1982 se piensa en construir un nuevo paso para el Cristo, encargándosele tal tarea a Miguel Arjona Navarro. Para el diseño, el autor propuso inspirarse en el arte gótico que, en su opinión, resultaba el más apropiado. Este nuevo paso comienza a procesionar en el año 1985 aunque fue terminado en el año 1989 y sus elementos figurativos se centran básicamente en las principales devociones cordobesas, la orden trinitaria y la Virgen de Guadalupe, completándose el programa con los arcángeles y con San Álvaro, patrón de las hermandades y Cofradías de nuestra ciudad. En el año 2007, la hermandad crea una Agrupación Musical con el nombre de su Titular que debuta acompañando a la procesión de la Santa Cruz que organiza su Grupo Joven. Esta formación debutaría el Martes Santo del año 2008 en nuestra Semana Santa acompañando al titular de la hermandad del Prendimiento desde su salida hasta su llegada a la Santa Iglesia Catedral. En el año 2018 se conmemora los 300 años de la llegada a Córdoba del Señor de Gracia. 

Sede Canónica: Parroquia de Nuestra Señora de Gracia (Trinitarios).

Pasos:1 paso, representa a Cristo muerto en la Cruz y María Santísima, San Juan y María Magdalena a sus pies. El Señor es obra anónima llegada a Córdoba en 1618. El resto de figuras son atribuidas a una escuela valenciana realizada a finales del siglo XIX. 

Hábito Nazareno: Túnica blanca y escapulario blanco con cruz roja y azul, capa, cubrerrostro  correa en negro. 

Estrenos: Banderín y uniformes de la Agrupación Musical.

Música: En el único paso la Agrupación Músical "Cristo de Gracia" de Córdoba.

Recorrido: Salida-Plaza del Cristo de Gracia (19:20), María Auxiliadora, Plaza de San Lorenzo, Arroyo de San Lorenzo (20:00), Ronda de Andújar, Puerta Nueva, Alfonso XII (20:30), Plaza de San Pedro, Don Rodrigo (21.00), Lineros, Enrique Romero Torres, Ribera (21:30), Ronda de Isasa, Entrada C.O (22:10), Salida C.O (23:40), Cardenal González (00:00), San Fernando (00:30), Diario de Córdoba, Capitulares (01:00), San Pablo, Plaza de San Andrés (01:30), Realejo, Santa María de Gracia, Plaza de San Lorenzo (02:00), María Auxiliadora (02:30), Plaza del Cristo de Gracia-Entrada (02:45).

Hermandad de la Buena Muerte


Nombre Completo: Hermandad de Nazarenos Congregantes del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora Reina de los Mártires.

Reseña Histórica: Un grupo de jóvenes profesionales, mayoritariamente médicos y abogados de la alta sociedad cordobesa funda esta hermandad en el año 1943, conformando su primer cabildo de oficiales, a cuyo frente se hallaba el prestigioso médico don Enrique Luque Ruiz. La extracción social de sus fundadores y la ubicación en pleno centro de la ciudad de la Colegiata de San Hipólito dieron a la hermandad una imagen elitista, que, aunque pocos años después ya no se correspondía con la realidad, ha sido lastre permanente de su historia. En el año 1944 se aprueban sus primeros estatutos por el obispo Pérez Muñoz, integrándose desde entonces su escudo de armas como un elemento más de la heráldica de la hermandad. Los primeros esfuerzos se centraron en conseguir los enseres imprescindibles y en la incorporación de la talla del Crucificado, obra en madera de cedro que se encargó a uno de los imagineros más reconocidos de la época, el sevillano Antonio Castillo Lastrucci. quien también realizaría más tarde la imagen de Nuestra Señora Reina de los Mártires. En la madrugada del Viernes Santo de 1946 la hermandad realiza su primera estación de penitencia, sólo con el paso de Cristo, obra también del propio Lastrucci, inaugurando así una nueva jornada cofrade en la Semana Santa de Córdoba. Aquella salida de 1946 tuvo como prólogo el nombramiento de José María Pemán, pregonero de la Semana Santa de aquel año como hermano de la corporación. Durante la década de los cuarenta la hermandad realizó un recorrido circunscrito básicamente al centro de la ciudad, con salida de San Hipólito a la una de la madrugada y entrada al itinerario oficial hora y media más tarde, llamando siempre la atención lo acabado de su guión procesional. Buena parte de culpa tuvo en ello su hermano mayor fundador, a quien la hermandad de Pasión reconocía su valía en 1950 al otorgarle la medalla al mérito cofrade que entonces concedía. En el año 1951 se produce la primera salida del paso de palio de la Reina de los Mártires, una verdadera maravilla artística en muy poco tiempo concluida, y que combinaba lo mejor del genio creador de dos de los artistas más prestigiosos del arte cofrade contemporáneo, el orfebre Jesús Domínguez y la bordadora Esperanza Elena Caro. A lo largo de los años cincuenta la cofradía es una de las de vida más pujante, favorecida por el semillero de las Congregaciones Marianas, del que se nutrieron sus filas hasta entrados los ochenta. Aunque siempre se asocia a esta hermandad con la madrugada del Viernes Santo, alteró su día de salida en los años 1961 y 1962, debido a las modificaciones del itinerario oficial, trasladado a la Judería y el patio de los Naranjos de la Santa Iglesia Catedral. En ambas ocasiones pasó a ser la primera hermandad de la tarde del Viernes Santo, saliendo de la Colegiata a las seis y media de la tarde y entrando en el palco de horas a las ocho y media. En el año 1963 suspendió su salida por la lluvia y en 1964 vuelve a la madrugada penitencial. En el año 1973 salió en la tarde-noche del Jueves Santo entrando en carrera oficial en penúltimo lugar, aunque la experiencia no debió ser positiva, ya que al año siguiente volvió a entrar en carrera oficial en la madrugada, aunque saliendo de su templo a las once de la noche. En el año 1978 la hermandad debió de salir solo con el paso de Cristo, debido al plante en la misma salida de os costaleros “profesionales” que debían llevar a la Reina de los Mártires; eran los años en los que las cuadrillas de hermanos estaban poniendo punto y final al viejo sistema de cargadores, y en ese ambiente la Semana Santa de este año resultó extraordinariamente polémica.*(la versión del hermano mayor de esos años  El acceso al cargo de hermano mayor de don Lorenzo Domínguez se incorporan a la dirección de la hermandad un importante número de miembros procedentes de la cuadrilla de hermanos costaleros, de la que, desde mediados de los 70, disponía la cofradía. En el año 1982 accede al cargo de hermano mayor D. Antonio Miguel Capdevila Gómez. Con él se produce un cambio importante ya que aunque se mantienen miembros de mayor edad que ya habían estado en directivas anteriores o incluso de incorpora a alguno de los cofrades de mayor antigüedad en el censo de la cofradía, la mayoría de los componentes de la nueva Junta no sobrepasa los treinta años de edad. En estos años se procura la hermandad de jóvenes procedentes de movimientos alentados por la Compañía de Jesús que sirvan de sustitutivo a la antigua cantera de las Congregaciones Marianas, que acababan de desaparecer; así sucederá, sobre todo con los Montañeros de Santa María. Dentro de esta dinámica se inserta el Rosario de la Aurora de la Juventud realizado en 1982, una de las escasas ocasiones en las que la Reina de los Mártires ha dejado su colegiata de San Hipólito. También en estos años e afronta las necesarias restauraciones de las tallas de ambos titulares realizadas por Francisco Peláez del Espino (1984-85), la del paso de Cristo realizada por Ignacio Torronteras en el año 1984. En el año 1984, por cabildo de oficiales, se nombra hermanas de la Buena Muerte al resto de las cofradías cordobesas. Bajo el mandato de Lorenzo de Juan Luque se procederá a una nueva restauración de los titulares, se comenzará a realizar en el año 1990 la estación de penitencia en la Santa Iglesia Catedral y se llevarán a cabo las celebraciones del Cincuenta Aniversario Fundacional en las que además de una extensa relación de cultos y actividades formativas, tuvo lugar el pregón conmemorativo, a cargo de don Manuel J. Sánchez Fernández, quien años atrás había pronunciado el juvenil de la hermandad. Aunque la hermandad admite en su seno hombres y mujeres, no es hasta el año 2004 cuando se aprueba que las mujeres puedan hacer estación de penitencia en la madrugada del Viernes Santo vestidas con túnicas de nazareno. La lluvia de ese año impidió que se produjese la incorporación de las mujeres a las filas de nazarenos, produciéndose esta incorporación en la madrugada del año 2.005 Otro hito importante ocurre en el año 2.005, cuando con motivo de la celebración del Año de la Eucaristía y del XVII Centenario de los Santos Mártires, las Cofradías cordobesas decidieron realizar una Peregrinación Jubilar a la ahora Basílica Menor de San Pedro donde se encuentran los restos de los Santos Mártires cordobeses San Acisclo y Santa Victoria. Dicha peregrinación que se celebraron el día 19 de noviembre de 2005 estuvo presidida por Nuestra Señora Reina de los Mártires en su paso de palio y a ella se invitó a participar a todas las Hermandades y Cofradías de la provincia de Córdoba.

Sede Canónica: Real Colegiata de San Hipólito.

Pasos: 2 pasos, el primero Cristo muerto en la Cruz. El Señor es obra de Antonio Castillo Lastrucci del año 1945. El segundo Dolorosa bajo palio. La Virgen también es obra de Antonio Castillo Lastrucci del año 1945. 

Hábito Nazareno: Túnicas negras de cola, con cubrerrostro del mismo color y cinturón de esparto. 

Estrenos: Restauración y plateado de las varas de acompañamiento, ciriales, inventarios, navetas y faroles de cruz de guía. 

15 trajes de monaguillo y túnicas. 

Música: No lleva

Recorrido: Plaza de San Ignacio de Loyola-Salida (00:00), Calle Alonso de Aguilar, Boulevard de Gran Capitán (00:30), Calle Gondomar, Calle Jesús y María (01:00), Calle Ángel de Saavedra, Calle Blanco Belmonte, Calle Deanes (01:30), Calle Judería , Calle Torrijos, Calle Amador de los Ríos (02:00), Calle Santa Teresa de Jornet, Ronda de Isasa, Entrada C.O (02:30), Salida C.O (04:00), Calle Corregidor Luis de la Cerda, Calle Torrijos, Calle Deanes (04:30), Calle Conde y Luque, Calle Blanco Belmonte, Calle Ángel de Saavedra (05:00), Calle Jesús y María, Plaza Tendillas, Calle Gondomar (05:30), Boulevard Gran Capitán, Calle Alonso de Aguilar, Plaza de San Ignacio, Entrada al Templo (05:50).