Regresa a Sentir Córdoba la sección de entrevistas "La Pasión en sus manos" y lo hacemos con una muy personal y sincera al periodista, cofrade y pregonero de la Semana Santa de Córdoba Álvaro Pineda Lucena.
Álvaro Pineda Lucena (Córdoba, 1971) es cofrade por tradición familiar y convicción personal. Hermano de las cofradías de la Misericordia y Expiración de Córdoba y del Gran Poder de Sevilla es periodista de profesión. Ha sido pregonero de la Juventud de nuestra ciudad en 1997 y pregonero de la Semana Santa de la misma en 2003. Ha pertenecido a la Junta de Gobierno de la Agrupación de Cofradías de Córdoba con Francisco Alcalde y Juan Villalba.
1: ¿Qué gran devoción tienes en tu corazón?
En mi caso, por tradición familiar, por tantos momentos
junto a Él y porque me ha visto crecer desde mi más tierna infancia, el
Santísimo Cristo de la Misericordia. Ese impresionante crucificado manierista
me vincula y me ancla a mi propia trayectoria vital, íntima, personal. Junta a
esa advocación, mi corazón palpita ante la de Jesús del Gran Poder. Mismo Dios.
Si en una imagen - con sus brazos completamente extendidos - me recuerda Su
infinita Misericordia conmigo, en la otra veo al mismo Jesús en carne y hueso
que a zancadas viene en mi busca porque Él todo lo puede.
2: ¿Cómo fueron tus comienzos en el mundo del periodismo?
La profesión empieza a sentirse cuando comienzas a
familiarizarte con lo que es el día a día del Periodismo y ahí juegan un papel
fundamental los períodos de prácticas que, en mi caso, están vinculados a
Diario CÓRDOBA, Radio Córdoba-SER y ABC de Sevilla. Marcaron mis comienzos y
han influido, sin duda, en mi trayectoria profesional posterior, aunque ésta
haya estado más vinculada al mundo de la comunicación corporativa. Antes de
esas prácticas, ya había comenzado a publicar cartas al director en ese mismo
diario desde mi adolescencia cuando ya mi afición por las letras estaba más que
definida.
3: ¿Cómo surge esa vocación?
Bueno, quizás una suma de circunstancias. Por un lado, una
inclinación temprana por las letras, por escribir, por redactar y la cercanía
de mi doble padrino de Bautismo y Confirmación, mi tío José Luis Lucena, gran
lector, apasionado de la Literatura y también buen escritor con numerosas
colaboraciones en distintos medios y pregonero de la Semana Santa de Montoro.
Siempre quiso ser periodista, tenía condiciones más que sobradas, pero no pudo ser,
aunque en parte ha podido “sacarse la espina” con una hija y un doble ahijado
periodistas de los que, me consta, está muy orgulloso.
4: Quiénes son tus referentes en el mundo del periodismo?
Bueno, digamos que entre mis referentes en lo que prefiero
llamar “mundo de la comunicación” están profesionales muy dispares… Jesús
Quintero, un mago, un encantador de palabras, nadie como él manejaba los
silencios…tenía duende, espontaneidad…un grande. Carlos Herrera con sus luces y
sus sombras, Antonio Burgos…me marcó en muchas cosas, en su pasión por las
tradiciones, las costumbres, la nostalgia de lo pasado…
Entre mis paisanos, por amistad, cariño, por haber sido un
poco discípulo suyo, mi gran amigo que Dios guarde, Rafael López Cansinos.
Periodista de aquellos años en que todo era distinto, para lo bueno y para lo
malo, marcó como Matías Prats un camino. Pudo llegar mucho más lejos – me
consta – fuera de Córdoba, pero nunca quiso renunciar a esta ciudad que, por
cierto, está en deuda con él… Una calle, una plaza, un rincón, pero ya sabemos
que Córdoba es muy madrastra con sus hijos dilectos… Digo yo que en esta ciudad
se le deberá algo más que por ejemplo a Dolores Ibárruri La Pasionaria o Rigoberta Menchú.
5: ¿Y tus inicios cofrades, como los recuerdas?
Indisolublemente ligada a la figura y la persona de mi
padre, Manuel Pineda Fernández, hermano de la Misericordia desde su juventud.
Acuden a mi mente como recuerdos imborrables, desde bien niño, las visitas a
San Pedro, a la antigua Casa de Hermandad ubicada en los bajos de una casa en
la vecina Plaza de Aguayos muy especialmente en las tardes noches de
precuaresma y Cuaresma. Él perteneció durante años a consecutivas juntas de
Gobierno y participaba muy activamente de la vida de la hermandad, me llevaba
de su mano y sin quererlo fue “engendrando” un pequeño cofrade que descubría un
mundo ante sí apasionante: montaje de altares de cultos, pasos, Vía Crucis,
besamanos y besapies… Un niño entonces
tímido y apocado que con el tiempo vio cumplido un sueño: ¡pregonar nuestra
Semana Santa! Y creo que eso para mi padre, q.e.p.d., fue digamos el “culmen”,
un “éxito” merecido como iniciador de una saga cofrade en el Silencio Blanco
que alcanza ya la tercera generación.
6: ¿Qué ha cambiado de esa Semana Santa de hace 40-50 años a
la actual?
Bueno, es una pregunta que daría para mucho… En toda época,
en cada momento, hay cosas que merecen una valoración positiva y que a la vez
que conviven con otras que no lo son tanto. Mira, pasamos de una Semana Santa
“triste”, acomodada que caracteriza los años previos a mis primeros recuerdos –
nací en 1971 -. Comienza esta década a vislumbrar nuevos aires e impulsos
gracias a un cambio vital en el seno de la Agrupación de Cofradías con la
llegada de Rafael Zafra León a la Presidencia de dicho órgano creo que en 1974.
Había tanto por hacer y se comenzó a hacerlo… Fue un punto de inflexión
fundamental. Se inició entonces un rumbo de progreso, bien entendido, que hoy a
otro ritmo continúa. Hemos avanzado enormemente, pero queda aún mucho por
hacer. Algo vivo como el hecho cofrade nunca se cierra. La Semana Santa de
Córdoba hoy por hoy tiene cada vez menos que envidiar a otras vecinas a pesar
de que nos lleven “siglos” de diferencia y que la manera de ser nuestra tenga
poco o nada que ver con el sevillano o el malagueño de donde bebemos
primordialmente.
Las cofradías hoy están abiertas al conjunto de la sociedad,
se han democratizado, han evolucionado de manera brutal en el compromiso
social, han dado su sitio a la mujer, los jóvenes cuentan, pero por otro lado se
echa en falta quizás más hondura espiritual, más sobriedad en algunos aspectos,
una formación que antes y ahora es fundamental y que, aunque algo se haga,
sigue siendo muy deficiente en todos los estamentos cofrades desde arriba hasta
abajo. Porque ojo – y no me canso de decirlo – que ser cofrade para mí no es
ser un erudito de enciclopedia que sabe medidas de pasos, tipos de bordado,
nombres de marchas de las Tres Caídas o el nombre del capataz de la Macarena…
Ser cofrade es primero ser cristiano y a partir de ahí todo lo demás,
sentimiento, pasión, emoción, deleite de los sentidos, placer para la vista, el
oído, el olfato, espectáculo y folklore también, no hay que rasgarse las
vestiduras…
7: Pregonero de la Semana Santa 2003, ¿Cómo evocas esa
Cuaresma y ese pregón?
Fueron momentos muy especiales los que viví desde el mes de
octubre del año anterior en el que me comunicaron mi elección como Pregonero de
nuestra Semana Santa. Supuso una amalgama de sentimientos dispares tanto para mí
como para mi familia, mis padres principalmente. Alegría, ilusión, sueño por
cumplir junto al peso de la responsabilidad que ello suponía. Era un reto
importante y la cuesta era empinada.
Con la ayuda de Dios, y especialmente de Su Tercera Persona
que sentí muy de cerca en determinados momentos, con el cariño y el apoyo de mi
familia y de algunos buenos amigos y cofrades como Rafael Zafra, Manolo Muñoz
q.e.p.d., Manolo Laguna, mi padrino… cumplí la misión que se me había encomendado. Hubo muchos gestos de cariño y de aliento que
me dieron fuerzas para llegar a la meta. Por ejemplo, el gesto tradicional de
la Tertulia Cofrade “Juan de Mesa” al entregarme las pastas del Pregón, el
cariño especial de mis hermanos de la Expiración, la hermandad de los Dolores
que me permitió llevar en el bolsillo de mi chaqueta un rosario de la Señora
son cosas que nunca olvidaré.
Y aunque no gustó a todo el mundo – ni lo pretendía – aún me
siento tremendamente orgulloso de lo que escribí. Fue un verdadero regalo.
8: La Semana Santa de 2020 fue la más complicada y dura que
recordamos debido a la pandemia. ¿Qué supuso para ti presentarla?
Efectivamente, el “palo” fue tremendo… Nunca habíamos vivido
nada parecido y todo era una especie de caos… Se palpaba en el ambiente –
aunque no quisiéramos pensarlo – lo que podría llegar a producirse y que
finalmente se produjo: la suspensión de las estaciones de penitencia por las
calles de nuestros pueblos y ciudades. Ni siquiera los más viejos recordaban
nada parecido ni cuando aconteció nuestra trágica Guerra Civil…
En mi caso, se trataba de mi primera Cuaresma y Semana Santa
en Onda Mezquita TV, mi primera experiencia televisiva también con lo que para mí
ya suponía un difícil reto y a ello habría que sumarse la incógnita de qué
hacer. Y aquí he de agradecer la confianza y la implicación de su entonces
directora, Transi Gómez, para que juntos, codo con codo, sacásemos adelante
aquella Semana Santa especial. A pesar de la premura, del ambiente triste que
se respiraba, lo hicimos; salimos adelante, estuvimos en directo todas las
tardes sin cofradías en las calles, procuramos hacer programas con calidad, con
contenidos interesantes, con mucho gusto, muy cuidados, buscando la
“excelencia” que falta hacía en la información cofrade de esta ciudad. Hoy lo
recuerdo con orgullo y un excelente sabor de boca.
9: Desde tu punto de vista, ¿Qué destacarías de la Semana
Santa de Córdoba y qué cambiarías o mejorarías?
Córdoba cuenta con algo primordial: un privilegiado
“escenario” por el que tienen lugar las estaciones de Penitencia, su casco
Histórico, su Judería y su sin par Mezquita Catedral, única en el mundo. Mejor
decorado imposible.
Que hay cosas que mejorar en su recorrido oficial dadas las
especiales circunstancias que concurren en esa zona por su configuración
urbana, por supuesto. Que se necesita una mayor fluidez en el paso peatonal en
determinados puntos, claro que sí; que se limita en exceso la posibilidad de
ver las cofradías en ese enclave para la gran mayoría de público, también. Que
quizás antes de tomar definitivamente esa decisión habría que haber estudiado
en mayor profundidad las cosas, entiendo que se podía haber hecho.
Asimismo, hay muchas cosas que mejorar, aunque no sean
fáciles: desterrar de una vez los aplausos extemporáneos, el exceso de
protagonismo que a veces roza el ridículo con tanto figurón, figurita y
figurante en todos y cada uno de sus aspectos, ojo, en todos: desde capataces,
hermanos mayores, cargos de medio pelo, pregoneros showman, “informadores” cofrades… Sobra gente alrededor de los
pasos… mucha. Y siguen faltando servidores, trabajadores, “currantes y
curritos” abnegados de 365 días al año. Falta formación, vuelvo a decirlo,
faltan cristianos comprometidos y sigue faltando, por mucho que se pueda haber
avanzado, mayor implicación de las instituciones y de las administraciones
públicas con un hecho que no tiene parangón ni admite comparaciones con otros
en la misma ciudad y que tanto aporta, también, en lo económico.
10: ¿Cómo ves el papel de la mujer en las Cofradías?
Veo que afortunadamente las mujeres ocupan el puesto que
deben tener en mismas condiciones y plena igualdad que los hombres. Aquí, en mi
modesta opinión, no se trata de “forzar” y de incluir -como ocurre en los
partidos políticos- “cuotas”. Creo que sólo ha de tenerse en cuenta la
capacidad, el espíritu de servicio, el compromiso, la formación y nada más. Con
naturalidad, sin forzar, sin imponer ni por un lado ni por el otro. Las mujeres
como en todos los órdenes de la sociedad tienen mucho y bueno que aportar.
11: ¿Qué te ha parecido el novedoso Cartel de la Semana
Santa 2022?
Me pones en un compromiso porque tú tienes parte en él, eres
mi amigo, un buen cofrade, un gran fotógrafo que aún está por romper y has
ayudado a la obra final… Eso por delante. Soy sincero y reconozco que no es el
cartel que me gusta, soy más conservador en este tema… Tres imágenes, un
tríptico… no lo veo. Creo que en un cartel debe quedar muy definido, nítido,
claro el motivo, uno, único; lo demás es distraer la atención.
12: ¿Ves viable los desfiles procesionales este año?
Quiero pensar que sí… Gracias a Dios parece que a pesar de
estas “olas” y según dicen las voces de los científicos hay razones para la
esperanza en cuanto a la disminución de la letalidad del virus, se ha avanzado
en la vacunación que es clave, primordial… Habrá que ver qué medidas
adicionales y con eficacia científica pueden implementarse específicamente para
poder compaginar la celebración de nuestras estaciones de penitencia por las
calles de nuestras ciudades con la prudencia aconsejada. Poniendo especialmente
el foco de atención en los hombres bajo las trabajaderas.
13: Cofrade y hermano también del Gran Poder. ¿Qué te llevó a
ser parte de esta gran Cofradía sevillana?
En primer lugar, la devoción que mi madre siempre recuerdo
ha tenido hacia esta bendita imagen y que, de algún modo, sin ser consciente de
ello, fue despertando asimismo en mi interior. Llegado un momento, cumplidos
los 16 decido dar el paso y hacerme hermano de esta singular y especial
cofradía sevillana. Después, cursando mis estudios universitarios en esta
ciudad se afianza esa devoción y cercanía al Señor: mis visitas a la Basílica
cualquier día de la semana, asisto al Miserere de los viernes hasta que decido
vestir la túnica de ruán en la Madrugada. Y ahí ya se cierra del todo el
círculo: una experiencia vivencial y espiritual única de encuentro personal con
Él que, pese a los años y a no vestir esa túnica desde hace décadas, permanece
intacta.
14: ¿Te gustaría ser en un futuro Hermano Mayor de tu
Hermandad de la Misericordia?
Creo que pasados los 50, aunque sea por meses, hay retos,
cuestiones que ya no entran en tus perspectivas de futuro. Para todo hay una
edad y en mi caso digo con el corazón en la mano que no, rotundamente no. Sí te
digo que es curioso que, habiendo pertenecido a dos juntas de Gobierno de la
Agrupación de Cofradías con dos presidentes distintos, jamás he pertenecido a la
Junta de mi hermandad. Sí mi padre durante varios mandatos y algunos de mis
hermanos. En mi caso, se cumple el dicho: “Nadie es profeta en su tierra” … Y a
estas alturas ya declino cualquier invitación al respecto.
15: ¿Y presidente de la Agrupación de Cofradías?
Te diría que casi igual que en el caso anterior. Llevo un
tiempo fuera de la “oficialidad”, del día a día de las cofradías, de sus dimes
y diretes… Disfruto como cofrade y he disfrutado como periodista cuando he
abordado información y programación cofrade. Eso lo echo mucho de menos. Pero
en este caso no te diría, a pesar de lo que acabo de explicar, que descarte por
completo presidir el órgano de Gobierno de las cofradías cordobesas con sede en
Isaac Peral.
16: Proyectos futuros
Alguna cosa para esta Cuaresma de la mano de la Fundación
Cajasol que sigue apostando en calidad y cantidad por las cofradías y la Semana
Santa de Córdoba… Y abierto, por supuesto, a quien quiera contar conmigo para
abordar cualquier faceta de este mundo apasionante…
17: Un sueño
Uyyyy…en este caso, mis sueños son muy personales, muy
íntimos…